Un hasta luego para la amiga Tania Tinoco

¡Hasta siempre y muchas gracias por el legado que nos dejas, Tania Mireya Tinoco Márquez!

Cuando me la presentaron era una jovencita con algo más de 20 años y pocos días de haber llegado de Machala a la ciudad que la tomó con cariño. En esa ocasión estaba en una tertulia amena con el Dr. Juan Carlos Arroba, con quien analizaban la labor social que cumplía su óptica en capitales de provincias como Guayaquil, Quito, Machala y Portoviejo. El tiempo que pasamos con cada amigo es lo que hace a cada amigo importante. La amistad se construye a golpe de martillo. Y no importa la cantidad ni el tiempo que gastemos con cada amigo, sino la calidad. Hay amistades hechas de risas, bromas, cantos y dolores. Amistades que nacen en la escuela, colegio o universidad. Pienso que el verdadero valor de la vida está en saber construir una gran amistad. Hoy que veo partir hacia un mundo desconocido y en silencio a la amiga periodista, me uno al dolor que siente todo un país para decirle a los incrédulos que la amistad no termina con la muerte, sino que se agiganta con el transcurrir de los años. ¡Ese es el verdadero valor de una gran amistad! A los amigos con quienes compartimos sueños debemos recordarlos con una tarja en el templo de la posteridad. Espero que el Dios Todopoderoso que todo lo puede sepa recoger en su seno a la querida amiga, soñadora empedernida en dar cumplimiento a los hechos más trascendentales de la patria, con los que pudo hacer historia al andar. Un proverbio sabio dice: ¡Jamás mueren en vano los que mueren por una causa grande! ¡Hasta siempre y muchas gracias por el legado que nos dejas, Tania Mireya Tinoco Márquez!

José Emilio Ruiz Ortiz