La limpieza del local ayuda a las ventas

“Que tu mano no esté abierta para recibir y cerrada cuando se trate de dar”

La Biblia en Eclesiástico 4:31 nos dice: “Que tu mano no esté abierta para recibir y cerrada cuando se trate de dar”. Dicha frase no se encasilla en el tema de recibir dinero sino de brindar, en todo sentido; como por ejemplo: buena atención en todo tipo de negocio.

Hoy, al ingresar en un almacén de ropa, vi una camisa que me gustó y pregunté si había para mi talla. La respuesta fue: “¿Va a comprar o solo pregunta?”. Le confirmé mi deseo de compra, y mientras esperaba que trajeran la prenda para probármela, vi a una madre con su hijo pequeño (quien padecía diarrea) salir del probador diciendo: “Vaya limpie el probador, que no tengo pañal”. La expulsión de esfínteres fue evidente sobre el piso pero la vendedora no se inmutó y dijo: “Hay que esperar a que vengan a sacar la basura y ahí limpien el piso”. Al ingresar al probador estaba el pañal sucio como evidencia de lo sucedido. Le indiqué a la vendedora que por favor limpiara para evitar que la mercancía de ellos mismos se ensucie y la respuesta fue: “No se complique, no se mueva mucho, no huela y verá que sí se puede probar”. Salí del lugar y no compré nada. Quienes desarrollan labores de supervisión deberían establecer como políticas de control que una vez que termine de usarse el probador de ropa por parte del cliente, este espacio sea revisado de inmediato para detectar cualquier situación que espante a las ventas.

Ec. Marysol del Castillo