Un gran acuerdo nacional
Un dato preocupante se publicó en este Diario: aproximadamente tres mil ecuatorianos por mes, en lo que va de 2022, intentan o ingresan a Estados Unidos de modo irregular. Lo dicen las estadísticas del Servicio de Fronteras y Migración de aquel país. Otro dato que llama la atención son las diez mil o más personas que se presentaron por 200 vacantes de trabajo en una entidad municipal en Quito. Es una alarma social. La incertidumbre se manifiesta como un espíritu de la crisis en todos los órdenes de la vida nacional: moral, social, económico y político. Ecuador debe avanzar en los diálogos con la sociedad civil, pero debe priorizar una estrategia que conlleve a un gran diálogo nacional del Ecuador, en la posibilidad y búsqueda de una fórmula y horizonte de certidumbre. Sostener los subsidios de modo permanente no debe ser la única forma de ayuda hacia los sectores más pobres; es permisivo y clientelar. La visión de un estadista de ser hacia programas o proyectos de gran dimensión o alcance nacional, transformadores del campo y la ciudad. El gran acuerdo nacional debe acompañar a un plan integral contra la pobreza, atraso y marginalidad, que cuente con un fondo económico inicial y ejecutado por una entidad autónoma que surja del acuerdo y rinda cuentas a la sociedad civil y política, y que sea una fórmula sensata de certidumbre.
Wagner Mantilla Cortés