Cartas de lectores

Gracias Efra

Tu legado de sana diversión y entretenimiento estará presente durante mucho tiempo. ¡Gracias por haber entrado en mi hogar! También te extrañaré.

Realmente he quedado impresionado al ver cómo la muerte de una estrella de la farándula y televisión ha conmocionado a todo un país y parte del mundo. ¿Qué hace que una persona logre tanta atención e interés durante su vida y después de ella? Es la fama, dirán unos. Programas de TV, páginas enteras de diarios, comentaristas radiales, todos dedicándole espacios para resaltar su don de gente, su transparente personalidad. Hoy he recordado también a otro famoso de TV que corrió con la misma suerte: Marco Vinicio Bedoya. Muy querido por otra generación de televidentes. Efra no solo fue de TV, también barrió con redes sociales. Me imagino que gracias a ello su figura fue más influyente y querida. Yo mismo lo admiraba, de reojo, en mis noveles mañanas de “chef pandémico”. Desde mi cocina, frente al televisor, él y sus compañeros, entre ellos su pareja sentimental, me acompañaban casi todas las mañanas. Creo que a mucha gente le sucedió lo mismo. Me parece que nunca lo vi serio, peor enojado. Siempre estaba con la sonrisa en su rostro, aunque el momento no lo ameritaba. Me imagino que era su mecanismo de defensa contra las malas vibras que siempre han de rondar entre los envidiosos que desean que a alguien le vaya mal, sobre todo en la TV.

¿Qué pasó, por qué pasó? A mí no me toca dar una opinión. Pero sí puedo decir, de acuerdo con lo que conocí y vi de él en sus trabajos... ¡que no es justo lo sucedido! ¡Es infame terminar violentamente la vida de un ser humano! ¡Nadie tiene derecho a causar tanto dolor a tanta gente! ¡Que la alegría está de luto! ¡Que la farándula está devastada! ¡Que la TV no va a ser la misma por un buen tiempo! ¡Que, aunque no hayas sido mi amigo, el solo hecho de verte muy seguido despertó esa simpatía que solo los escogidos tienen y dan a montones!

Ahora descansas en paz. Tu legado de sana diversión y entretenimiento estará presente durante mucho tiempo. ¡Gracias por haber entrado en mi hogar! También te extrañaré.

Roberto Montalván Morla