¡Gallina vieja siempre brinda buen caldo!

En deporte nunca se puede decir cuál es el día o año que marque en definitiva el “demasiado tarde”. ¿A qué edad se vuelven viejas las personas inmersas en actividad física? Unos dicen que cuando se arruga el corazón. Otros, que la mayor eficiencia muscular se alcanza y se mantiene entre los 10 y 21 años. Sin embargo, también manifiestan que “gallina vieja” siempre brinda buen caldo. Como lo explica Brillat Savarin, fisiólogo del gusto, las proteínas presentes en el tejido musculoso han sublimado su contenido con los años, y es mediante el hervor que se trasmite al caldo. En este nuevo siglo vivimos una etapa importante en el deporte de alta competencia. Jóvenes atletas conquistan más elogios que deportistas de pasadas décadas, quienes también se han visto impresionados por los triunfos de “viejos atletas”. En el boxeo rentado tenemos ejemplos de abuelos que triunfaron hasta después de los 40 años, cuando ya todos pedían su retiro. No veo con asombro que los púgiles ecuatorianos Carlos Mina e Ítalo Perea hayan retomado el cuadrilátero. Son dos elementos jóvenes con varios triunfos dentro y fuera del país. En nuestro medio los peleadores de hoy se marearon pronto con los aplausos de una victoria y no tienen manejadores que los lleven por buen camino. Además, nuestras universidades no forman técnicos que hablen el lenguaje del deporte. Y, ¡por favor!, no me pidan que comente lo que no puede hacer hasta ahora el cacareado ministro del Deporte.

José Emilio Ruiz Ortiz