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Ni la escoba ni las fundas de basura muerden

El señor “aguacero” del 08-marzo-2021 que cayó en Guayaquil, mostró una vez más el talón de Aquiles que tienen los habitantes del Puerto Principal: mal manejo de la basura. Sin intención de satanizar ni transferir culpa, este tema tiene responsabilidad tripartita: el municipio, la empresa que da el servicio y los habitantes. Cada uno de ellos juega rol de supervisión y ejecución importante en el proceso; si uno de ellos falla, el proceso no funciona. Días antes de la fecha indicada, las calles amanecieron cubiertas con ceniza. La mayoría de moradores no la recogieron, otros echaron agua en los exteriores de sus casas. Situación similar se vivió en el 2020 y las autoridades respectivas recomendaron que se recoja la ceniza para evitar que tapone las alcantarillas. La ceniza también es basura, ensucia. Muchos ciudadanos tienen vergüenza de sacar la basura y delegan a sus empleadas domésticas hacerlo cuando se retiran, hablamos de 16h00 y si el camión recolector viene a las 23h00, las fundas de basura están expuestas  7 horas al desparrame no autorizado de los chamberos. Este modo conductual gobernado por complejos es factor común en muchos sectores. El Municipio de Guayaquil debería realizar campañas de concientización para sacar la basura a tiempo y sobre manejo de ceniza, así evitamos que la motivación de mantener limpio un barrio sea solo el interés del concurso. Se vive los 365 del año. 

Ec. Marysol del Castillo