Cartas de lectores | Es hora de prohibir los cohetes

La tradición no puede justificar este salvajismo acústico que vivimos en cada celebración.

Quiero hacer un llamado urgente al señor alcalde y a las autoridades competentes para que se suspenda el uso indiscriminado de cohetes y pirotecnia de estruendo en nuestra ciudad. No se trata solo de una molestia pasajera: el ruido extremo provoca pánico en perros, gatos, y otras mascotas, afecta el descanso de bebés recién nacidos, genera ansiedad en adultos mayores y agrava el estado de personas enfermas. Cada vez que estallan estos artefactos, miles de hogares sufren. La tradición no puede justificar este salvajismo acústico que vivimos en cada celebración. Hay alternativas seguras y silenciosas que permiten festejar sin causar daños. Lo que falta no es tecnología, sino voluntad política para proteger a los más vulnerables. Por eso solicito, en nombre de muchos vecinos, que el municipio tome medidas concretas: prohibir o regular estrictamente los cohetes de estruendo y aplicar controles efectivos para que estas normas no queden en el papel. Una ciudad moderna y humana no puede seguir tolerando prácticas que generan sufrimiento evitable. Señor alcalde, ejecute.

Carlos Alfredo Flor Vásquez