Las enormes consecuencias negativas del proceso de reasignación de sexo

Pero pronto se sabrá todo, cuando los trans como yo se levanten y digan ¡basta! Esto no salva ninguna vida”

Scott Newgent (antes Kellie King) se sometió a la reasignación de sexo a los 42 años. Es hombre trans: mujer biológica que hizo la transición a varón; se arrepiente de esa decisión. Hoy tiene 48, tres hijos adolescentes y lo vivido lo convenció de que la terapia de reasignación de sexo está diseñada para cualquier cosa menos para curar. Las complicaciones del proceso derivaran en siete cirugías, embolismo pulmonar, ataque cardíaco, 17 meses de infección recurrente, reconstrucción de un brazo, daños en un pulmón, corazón y vejiga; insomnio, alucinaciones, síndrome de estrés postraumático, un millón de dólares en gastos médicos y la pérdida de su casa, coche, carrera y matrimonio. Lamenta la escasez de estudios que describan las enormes consecuencias negativas de las terapias en el largo plazo (ej.: suicidio), y manifiesta que la tendencia a percibirse de otro género se está revirtiendo. “Este es el escándalo médico más importante de la historia moderna; y no lo digo para molestar a nadie, sino porque es cierto. Apenas estamos empezando a ver la carnicería. Esto no va a continuar así. No puede seguir, porque la transición médica no cura nada; es una cirugía plástica, cosmética; una ilusión, que si eres mayor de edad te dicen: ‘Ve por ella’. Pero pronto se sabrá todo, cuando los trans como yo se levanten y digan ¡basta! Esto no salva ninguna vida”.

Mario Monteverde Rodríguez