No más deshonestidad ni negligencia en la conducción del país

Las causas de la generalizada mala conducción política del país provienen de estar moldeada de arriba hacia abajo y no horizontalmente...

¿Qué clase de gobernantes tenemos? No pueden gobernar un pequeño país de 17 millones de habitantes con ingentes riquezas naturales. Esa reiterada negligencia esta propiciando que seamos calificados como derrochadores de lo que nos ha entregado la naturaleza o que hemos recibido de El Hacedor. No están funcionando todos aquellos que fueron elegidos por el pueblo. Aunque la propaganda política diga con optimismo que estamos mejorando, nos encontramos en una galopante inestabilidad social y económica. Todo a la deriva. No existen enlaces administrativos, coordinación de ideas, amalgamas de acciones, orientación de mando certero para que no reine el descontrol en las instituciones públicas. Se hacen las cosas muy a la ligera, improvisada y rutinariamente, sin estudios del historial, con bajo presupuesto y sin prever infortunios venideros. Las causas de la generalizada mala conducción política del país provienen de estar moldeada de arriba hacia abajo y no horizontalmente, con bifurcaciones que apunten a salir del embrollo con buena educación, de nuevos paradigmas basados en tecnología cibernética; libertad de trabajo y fuentes de estabilidad laboral con adecuada paga; salud gratuita y de óptima calidad, cobro de más impuestos a quien más gana, y por último: tener como principio básico del progreso nacional que se profese la cristalina verdad como una fe de moral publica en todos los actos para mejorar el desarrollo social y la confiabilidad del país.

César Antonio Jijón Sánchez