El coronavirus de Wuhan

Estudios preliminares indican que ambas se desarrollaron primero en murciélagos y luego pasaron a otros animales, antes de contagiar a seres humanos.

Denominado así por la ciudad china donde se originó, es un mal recuerdo de la epidemia de 2002 causada por otro coronavirus, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que dejó cientos de muertos antes de ser contenido a mediados de 2003. El nuevo coronavirus, el “2019-nCoV”, obliga a las autoridades a poner en cuarentena un área con 40 millones de personas. El investigador Arnaud Fontanet, jefe del Dpto. de Epidemiología del Instituto Pasteur en París, indicó que es 80 % genéticamente idéntico al virus del SARS, lo que ha llevado a algunos a plantearse si podría tratarse de una evolución de este. Epidemiólogos han señalado que las conexiones entre los dos coronavirus parten desde sus cepas. 

Estudios preliminares indican que ambas se desarrollaron primero en murciélagos y luego pasaron a otros animales, antes de contagiar a seres humanos. En el SARS se cree que la infección pasó de murciélagos a un gato de civeta (animal salvaje considerado un manjar en partes del sur de China); el actual parece haberse trasmitido desde una serpiente en el mercado de Wuhan. Las formas de contagio suelen ser similares: el nuevo virus se propaga a través del contacto de persona a persona, y en el SARS el infectado puede esparcir el virus al toser o estornudar, o dejar gérmenes en otras superficies. 

Al momento no existen casos confirmados en Ecuador, pero prevenir es más importante que lamentar. Si usted presentase síntomas similares a los de gripe o influenza (fiebre, malestar general, tos, secreción nasal, dificultad respiratoria, etc.) severos, acuda al médico a tiempo, en especial mayores de edad, pacientes con bajas defensas inmunológicas, asma bronquial, bronquitis crónica, diabetes, etc.

Dr. Wilson Drouet