Cartas de lectores | El sombrero
El sombrero es parte de la indumentaria de los caballeros en la costa
La comuna campestre de Barcelona, Santa Elena, anclada en las estribaciones de la cordillera Chongón-Colonche, es reconocida por el cultivo de la paja toquilla, que es sacada de la montaña para luego cocinarla, secarla y alistarla para comercializar en la sierra y Manabí. Cada mañana los campesinos se internan con sus mulas en los cerros a cortar la mayor cantidad de paja toquilla en su estado verde. En unos galpones de la comuna Barcelona, en pailas grandes las mujeres cocinan la paja, luego la ponen a secar y a prepararla para la venta. Las calles se cubren con cordeles de paja tendida al sol para lograr un buen secado. En el parque de la comuna se levanta un monumento al sombrero de paja como símbolo agrícola de mayor producción en la región. Luego de varios procesos para obtener hilos de pajas, las mujeres tejen sombreros de paja toquilla, labor aprendida de sus ancestros que se mantienen en el poblado. Un joven pintor del pueblo colabora pintando los sombreros con paisajes de la comuna y logos de su flora y fauna, brindando un bonito acabado en las alas. El sombrero es parte de la indumentaria de los caballeros en la costa.
Vendedores de la comuna, cada fin de semana, en especial en época playera, salen a recorrer las playas de Salinas, Ballenita, Montañita, Ayangue, a ofrecer los bonitos sombreros que elaboran. Los viajeros y turistas aprecian estos trabajos artesanales de la región.
Evelio Patricio Reyes Tipán