Cartas de lectores: Peligros para el Estado de derecho ecuatoriano
La democracia peligra si se desequilibra el Poder Judicial; México y Ecuador enfrentan riesgos similares
La democracia es el arma principal con la que puede funcionar el equilibrio de poderes. Así, en el tiempo se encuentran y entienden Aristóteles y Montesquieu. A veces en la política maltrecha del exceso en connivencia con el delito, el Estado de derecho comienza a fallar a través del desequilibrio de poderes, mediante una argucia que ya se experimentó en Méjico el 1 de junio, cuando hubo elecciones de jueces y trabajadores judiciales. Tuvo ‘éxito’ con el 10 % de votos.
El balance es demasiado alarmante pues el Poder Judicial de Méjico ha perdido su independencia, por obra de la sucesora de AMLO, el presidente anterior, quien manifestó este deseo como punto final para que el nuevo régimen domine el país y reemplace al PRI. Se lo hace en nombre del socialismo. El truco que se hace, incluso en nuestro país: el partido Morena necesitaba dos votos para que opere la reforma judicial. Los consiguió en dos miembros de la oposición, ilegalmente.
El senador del PAN Miguel Ángel Yunes Márquez enfermó de repente y pidió a su padre que vote contra la reforma. Poco después se recuperó y votó a favor. Se aseguró que Morena ofreció detener investigaciones penales en contra de este senador y su familia. El otro voto fue del senador Daniel Barrera quien no asistió a la sesión. Entonces fue apresado su padre. Barrera fue amenazado, le dijeron que si votaba a favor su padre sería procesado penalmente.
En el ambiente político ecuatoriano, sobre todo desde el correísmo, existe este mismo peligro. Dos ejemplos: el primero, se intenta lograr que se declare inconstitucional la ley del Ejecutivo para facilitar la gobernabilidad. Todo para que la Corte Constitucional lo haga así. Existe certeza de que será imposible, pero nunca se sabe.
El segundo pretende darse a través de la injerencia de asambleístas inmersos en delitos para distraer las iniciativas de la gobernabilidad. La respuesta del Ejecutivo va en sentido contrario. Hay que suponer que los grupos de poder conocen estas cosas y los incidentes que se producen van hacia confirmar el Estado de Derecho, aunque el correísmo quiere lograr lo contrario. Existe un algo grado de vulnerabilidad en nuestras instituciones públicas porque aún el correísmo ejerce poder e influencia. El Ejecutivo toma iniciativas para neutralizarlo, objetivo distinto a destruirlo. En el tiempo histórico Aristóteles y Montesquieu están desazonados, sobre todo desde que acusados y condenados del correísmo reciben protección en Méjico.
Francisco Bayancela González