Cartas de lectores: El delincuente más notable

Las leyes se hacen para favorecer a los buenos, no a los malos

El art. 64 de la CRE dice que los derechos políticos de un ecuatoriano se suspenderán, numeral 2, en caso de tener sentencia ejecutoriada. Correa perdió todo como prófugo de la justicia. Cuando era presidente, decía que las declaraciones de Capaya no valen nada porque no se puede creer en las palabras de un prófugo, “escupió al cielo y le cayó en la cara”. El art. 61 enumera los derechos que se pierden. 

Correa no puede elegir, ni ser elegido; participar en los asuntos de interés público; ser consultado; fiscalizar los actos del poder público; conformar partidos o movimientos y, por el art. 66 no puede opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas y manifestaciones; asociarse, reunirse y manifestarse en forma libre y voluntaria; transitar libremente por el territorio nacional; pierde el derecho a su honor y a su buen nombre. Por lo tanto, ni la prensa ni la TV pueden entrevistarlo sin caer en grave desacato a la Constitución, como lo permitió la Dra. Atamaint, en funciones prorrogadas pidiendo plata para viajar. 

Ahora Correa para recobrar su mesianismo quiere reformar el COIP, primero legalizando el delito de campanero mayor y obstructor de la Justicia, haciendo a la Fiscalía su confidente, y segundo, por pedido de una Wachagnon, como la calificó el gran insultador a la Corte Internacional de Derechos Humanos, que toda sentencia ejecutoriada pueda ser revisada. ¿Dónde queda la soberanía del país?, decía, aunque se autoproclamaba presidente de los tres poderes. Su cáncer político tiene muchas metástasis en sus seguidores. 

Entre Rasquiña, Norero y Jordán, Fito y Pico, Pólit y Glas, Arias y Luque, la lista es larga, Correa es el ‘delincuente más notable’, con placa recordatoria en la fachada de Carondelet, que turistas nacionales o extranjeros pueden leer, por ser el único responsable de los santuarios carcelarios, los vacunadores, los terroristas y el estado de guerra interna que vive el país.

Las leyes se hacen para favorecer a los buenos, no a los malos. Señores asambleístas, su revocatoria se aproxima, este es un derecho de los buenos no sentenciados contra los malos. El ‘ex’ solo puede aspirar a un ‘whisky’ doble a las ‘Rocas’.

José Mayorga Barona