La calidad del servicio asegura o anula venta
Las ventas no están malas, pero en algunos lugares las espantan. En este caso no ganó la competencia desleal sino la calidad de servicio.
Hay un refrán que dice: “el ojo del amo engorda al ganado”, pero en la actualidad, el sistema de cámaras de videovigilancia existente en muchísimos comercios prestaría igual cometido, al menos esa es la idea. Sin embargo lo que sucede es otra cosa, dado que muchos de ellos carecen de audio y sus registros de grabaciones son revisados solo cuando ocurre un siniestro o asalto. Fui a una librería ubicada en el centro. Al verla sin clientes, me dije: aquí es rápido. Solicité 200 pliegos de papel periódico doblados. El vendedor me indicó que tenía 25 pliegos doblados y el resto sin doblar, o sea 175. Le sugerí que los sin doblar los enrollara por grupos de veinticinco para facilitar su transporte y me retiré del sitio hasta que terminara la tarea para no presionar. Regresé después de una hora y el vendedor me indicó que no los había enrollado porque el supervisor se opuso. Hablé con el supervisor y me dijo: “si quiere se los lleva como están, esto no se pasa”. Lo escuché y me retiré. Frente a este lugar hay otra librería, con muchos clientes afuera. Fui y compré 300 pliegos de periódicos doblados, los tenían sin doblar y en quince minutos los doblaron delante de mí. Las ventas no están malas, pero en algunos lugares las espantan. En este caso no ganó la competencia desleal sino la calidad de servicio.
Ec. Marysol del Castillo