
Trasfondo psicológico del caso Ivet Playà y Alejandro Sanz: del ídolo al desencanto
Ivet Playà asegura haber vivido una relación marcada por manipulación emocional y desilusión. ¿Qué dice la psicología?
La entrevista que ofreció Ivet Playà en el programa ¡De Viernes! sigue generando titulares, pero también preguntas más profundas sobre los vínculos emocionales entre una celebridad y una fan. En su testimonio, la joven aseguró haber mantenido un vínculo “sentimental, profesional e íntimo” con el cantante Alejandro Sanz, iniciada tras años de admiración juvenil.
Lo que ella describe como un “sueño convertido en pesadilla” ha abierto un debate sobre las relaciones asimétricas, la manipulación emocional y la idealización afectiva. Aunque no acusó al cantante de un delito, sí afirmó haberse sentido “utilizada, engañada y humillada”. Asegura que su intención es “liberar a la mujer que fui” y que ahora ha podido “ponerle nombre y orden a su cabeza”.
¿Qué dice la psicología de este tipo de relaciones?
Este tipo de vínculo puede tener efectos complejos y duraderos. Según la psiquiatra Judith Herman, en Trauma and Recovery, el trauma psicológico no siempre proviene de la violencia física, sino de la traición a la confianza en relaciones donde hay dependencia emocional: “El trauma psicológico ocurre no sólo cuando el cuerpo está en peligro, sino cuando hay una traición fundamental de la confianza en una relación de dependencia”.
Playà, visiblemente emocional en su relato, confesó que el vínculo se volvió íntimo cuando ella era mayor de edad y que, tras su primer encuentro sexual en 2023, empezó a ver un Alejandro que no reconocía. “Me enamoré del personaje, no del hombre”, dijo. Esa frase refleja un fenómeno conocido como idealización narcisista, descrito por el psicoanalista Heinz Kohut, en The Analysis of the Self, como: “Cuando una figura idealizada se vuelve humana, la desilusión puede producir un colapso emocional”.
¿Una relación desigual?
El testimonio de Ivet encaja con lo que se conoce como consentimiento presionado emocionalmente: vínculos donde, pese a la mayoría de edad y la voluntad declarada, la dinámica de poder impide un consentimiento libre. Esto ha sido abordado en estudios como Journal of Sex Research, de Muehlenhard y Peterson, que afirman: “Las relaciones con poder desigual pueden producir consentimiento que es técnicamente voluntario, pero psicológicamente presionado”.
En su entrevista, Playà reconoció que en ese momento no fue consciente de la relación de poder, y que “a nivel sexual tuvo que llevar la iniciativa”. Aunque recordó momentos bonitos con el artista, también narró episodios que la marcaron emocionalmente, como una crítica sobre su olor que consideró humillante.
El conflicto económico y el “chantaje” mediático
El caso adquirió un giro polémico al revelarse, según la periodista Leticia Requejo, que Ivet habría pedido 600.000 euros por no difundir material íntimo. La joven niega haber intentado chantajear al cantante y afirma que fue él quien le ofreció ayuda económica, como una forma de “reconocer que no hizo las cosas bien”.
Esta aparente contradicción se podría interpretar como una reacción emocional propia de personas que, tras una desilusión fuerte, buscan validar su experiencia a toda costa. Lo dice Baumeister y Vohs, en Review of General Psychology, este comportamiento se alinea con la necesidad de “restituir el autoestima” cuando una figura idealizada se cae: “La adicción a la validación lleva a buscar figuras públicas como espejos de valor personal. Cuando estas fallan, se produce una herida narcisista que puede derivar en una respuesta hostil”.
¿Y ahora qué?
Tras la entrevista, Alejandro Sanz respondió en redes sociales con un mensaje claro: “Podemos seguir a lo nuestro. Gracias por confiar en mí”. Luego añadió: “Gracias a tod@s los que me habéis apoyado. La valentía y la amistad se demuestran cuando es más fácil callar”.
Buenas noches familia. Podemos seguir a lo nuestro? 🥹 os quiero. Gracias por confiar en mi.
— Alejandro Sanz (@AlejandroSanz) June 21, 2025
Y algo más importante aún. Gracias a tod@s los que me habéis apoyado estos días. Porque la valentía y la amistad se demuestran cuando es más fácil callar que manifestarse. Gracias desde el fondo de mi corazón. Eso no lo olvidaré jamàs. Os amo
— Alejandro Sanz (@AlejandroSanz) June 21, 2025
Desde su entorno, se apunta a una combinación de desilusión amorosa y resentimiento como los motores de la aparición mediática de Ivet. Ella, por su parte, insiste en que solo quiere contar su verdad y “cerrar una etapa”.
Posibles escenarios psicológicos
- Reparación simbólica: Para Ivet, contar su historia puede ser una forma de “recuperar la narrativa” de lo vivido, una herramienta terapéutica frecuente en procesos de trauma relacional.
- Cierre emocional tardío: Su relato muestra señales de haber procesado el vínculo con el tiempo, tras una etapa de idealización extrema. El “click” ocurre cuando el ídolo se muestra humano.
- Dificultades legales y éticas: Si bien el relato no apunta a delitos concretos, los señalamientos públicos y la mención de otras “víctimas” han generado rechazo incluso en el propio programa: “Esto se denuncia en un juzgado, no en un plató”, le recordaron los presentadores de ¡De Viernes!.
Este caso no solo enfrenta dos versiones, sino también dos percepciones: la de una mujer que dice haber sido emocionalmente vulnerable frente a su ídolo, y la de un artista que niega haber actuado con mala intención. Mientras no haya denuncias legales formales, el escenario se mantiene en el terreno psicológico y farandulero.
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