
Primera Fila en el acústico de Dayanara Peralta: una tarde de amor y despecho
Diario Expreso vivió de cerca el concierto íntimo de Dayanara en Radio Punto Rojo, donde fans corearon sus temas más sentidos
Desde que entré a la cabina de Radio Punto Rojo supe que no sería un concierto cualquiera.
La atmósfera era cálida, íntima, como si todos hubiéramos sido invitados a una terapia grupal en la que el amor, el despecho y la música de Dayanara Peralta eran los protagonistas. Afuera, el bullicio de la ciudad seguía su curso, pero dentro de esas paredes, a media tarde del martes 9 de julio, solo existía la voz de ella y las emociones de sus fans.
(Te invitamos a leer: Dayanara logra un sold out total en su concierto privado en Radio Punto Rojo)
El espacio estaba cuidadosamente ambientado para hacer sentir a cada invitado parte de algo especial. No había luces estridentes ni efectos visuales. Solo Dayanara, sus músicos y un grupo reducido de seguidores a quienes ella llama con ternura “mis Dada Babies”, quienes consiguieron su pase tras participar activamente en la radio.
El cupo era limitado y eso lo volvía aún más exclusivo. “Sé que cada una de las personas que están ahí adentro están ansiosos para cantar y vivir una tarde de amor y despecho”, nos dijo Dayanara antes de empezar.
Y así fue el concierto acústico con Dayanara Peralta
Con un repertorio que incluyó clásicos como El Karma y Tú la vas a pagar, además del estreno acústico de su más reciente sencillo Ya lo superamos, la artista guayaquileña se entregó por completo. “Voy a intentar cantar todas mis canciones”, dijo entre risas, “aunque vamos a estar a secas, hoy no hay traguito… solo mucha agüita”.
Dayanara no solo cantó. Habló. Conectó. Miró a los ojos. Escuchó las voces que coreaban con fuerza cada verso de sus letras. “Mis conciertos se han tornado como en una terapia”, confesó. Y sí, algo de eso hay cuando uno ve a un fan con lágrimas en los ojos o grabando con una sonrisa intacta.
Fans entregados corearon cada letra
Ahí estaba Gabriela Barzola, emocionada hasta la médula. “Siempre he querido tenerla cerca”, me dijo. “Escuché la radio todos los días hasta que logré mi entrada. Amo todas sus canciones, pero El Karma y Tonta me llegan al alma. Ella canta con el corazón”.
Unos asientos más allá, Kali Music no paraba de moverse. “Cada vez que la escucho cantar se me despeluca el cuerpo”, soltó sin filtro. “Ella es una inspiración. Compartimos escenario alguna vez y verla así, tan entregada, es algo de locura”.
La artista no se guardó nada. Habló con sinceridad sobre el futuro, las nuevas colaboraciones que vendrán este año y esa dualidad que la define: “Este género me ha dado algo muy chévere: puedo decirles que soy parte de la mayoría de mis canciones… y eso nos conecta”.
El cierre fue tan honesto como el resto del show. “Hoy voy a entregarles hasta mi última gota de energía, de sentimiento, de despecho y todo lo que tenga mi corazón para ustedes”, prometió antes de despedirse.
Y cumplió. Nos fuimos con el alma sacudida, como quien ha llorado, bailado y sanado un poco en el mismo lugar. Porque a veces no hace falta un estadio lleno para hacer historia. A veces, basta con una voz, una guitarra y un grupo de corazones dispuestos a sentir.
Accede a contenido exclusivo. Únete a nuestra comunidad informada