El súper millonario australiano Jake Foley (Russell Crowe, Óscar 2000 por Gladiador), gran fullero, resuelve dar a sus tres mejores amigos, Michael ‘Mike’ Nankervis (Liam Hemsworth), Alex Harris (Aden Young) y Paul Muccino (Steve Bastoni), la oportunidad de ganar 25 millones de dólares en un juego de póker. “Será una noche que jamás olvidarán”, afirma.

Durante el encuentro germinan oscuros secretos: Mike tiende al alcoholismo y Paul es un político avezado. ¿Alex?, bueno… es Alex.

A medida que progresa la noche, se va exteriorizando el porqué de sus presencias. Esto los hará apostar lo que sea para salvar sus vidas. Entre ellos está una misteriosa crupier: Penélope (Elsa Pataky), un hábil jugador llamado Andrew Johnson, interpretado por el rapero afroamericano RZA, así como el depravado Styx (Benedict Hardie). En su momento aparecerán la esposa e hija de Foley.

Los primeros 10 minutos de 'Juego perfecto' ('Poker face', título original) son de aplaudir. El resto cae por la mala concepción del guion y la errática dirección que Crowe le otorga, pues olvida analizar a cada personaje en la dimensión requerida y los imbuye de tantas circunstancias que dificulta su perspectiva.

Crowe como actor proyecta solidez emocional y aquí no es la excepción, pero no lo ayuda… le sirve tan solo para demostrar que le va mejor como intérprete. Acierta con el suspenso y con el manejo de las cámaras que, bajo su dirección, se convierten en poderosos instrumentos de percusión.

Hastía la excesiva oscuridad que fija en muchas de las secuencias y genera la creencia que expresamente lo hizo así porque, al igual que en el póker, nadie quiere revelar las cartas que tiene, especialmente cuando el pozo es mayor y para ello es necesaria la penumbra.

También parece que Crowe, en su imaginario, ha depositado con su filme un mensaje: que la existencia es un juego donde el cinismo impera. Y lo expuesto no le hace daño.

Si bien se sabe que, exceptuando las películas del 007, donde las mujeres hermosas son alma del argumento, sus roles en las películas de acción no les permiten acentuar su presencia y en este ´juego´ llegan al extremo de limitar la admiración que se tiene para la belleza de Elsa Pataky.

Para cerrar agrego: este largometraje es un ‘farol’ que impide vislumbrar lo necesario, que algunos fanáticos del género sentirán que sus rostros se están convirtiendo en caras de póker. Sin embargo, hay un ‘bluff’ que lo rescata: la cinta divierte.

• CALIFICACIÓN: * *