
Crítica de TV: La viuda negra, ¿un caso mal resuelto en pantalla?
Crimen, engaño y erotismo en el thriller español 'La viuda negra', el más visto en Netflix Ecuador esta semana
En el barrio Patraix de Valencia (España), en la noche de agosto 16 del 2017, una pareja en motocicleta descubre en parqueadero privado, y dentro de un auto, el cuerpo de un varón asesinado. Llega la inspectora Eva Torres (Carmen Machi) y toma el caso.
La policía retira el cadáver y sabe, por el forense, que le asestaron siete puñaladas en su espalda. El homicida debió ser un tipo fuerte.
Lo extraño es que no le robaron. Ello genera la sospecha que se trata de un crimen pasional. En las indagaciones saben que el muerto era Arturo Ferrer (Àlex Gadea), ingeniero de profesión, quien meses atrás embebió nupcias con María Jesús ‘Maje’ Moreno (Ivana Baquero, El laberinto del fauno, premio Goya 2006, mejor nueva actriz), enfermera de profesión.
Maje está desconsolada. La acompañan sus amigas, sus suegros y el doctor Salvador ‘Salva’ Rodrigo (Tristán Ulloa). Sin el arma homicida, sin mayores datos, la pesquisa no rinde frutos, hasta que…
La viuda negra: la critica de Jorge Suárez
Dirigida por Carlos Sedes y tomándose dos hora y dos minutos para narrar una historia basada en hechos reales, La viuda negra comienza muy bien; sobre todo con sus tecnicismo, hábil iluminación, provecho máximo de las escenas alumbradas por el sol, buen ritmo y cámaras ligeras como el viento, pero… está tan llena de personajes, a momentos intrascendentes, que agobian la mente.
Y pese a que la trama es envolvente, el guion sufre al generar escenas que alejan la expectativa del crimen y sus posibles asesinos, que se diluye en lo doméstico.
Las secuencias de sexo son manejadas con libertad. No muchas, pero… cada una más erótica que su predecesora. El diálogo viene lleno de malas palabras, algo muy usual en España.
Sin embargo, cuando se piensa que no hay nada más que hacer, don Carlos Sedes, ‘cede’ con guion y todo para convertir los últimos 26 minutos del filme en una apoteosis visual, donde el montaje, la música (bajo diversas emociones), convierten al largometraje en un vendaval que sacude los sentidos.
Si este ritmo endiablado hubiera sido su base fílmica, hubiera recibido una lluvia de estrellas. Y más aún si hubiesen incluido el juicio contra quienes planificaron y realizaron el crimen.
Todos saben que uno de esos litigios en pantalla es tremendo causal de satisfacción y tensión. Al no incluirlo, restaron lo que el thriller necesitaba.
Desde Carmen Machi hasta Arturo Ferrer
Las actuaciones son bastante buenas. Sobresale la de Carmen Machi. Su caracterización es acertada: mujer policía de hacha y machete, comprensiva pero no ilusa, decidida pero no audaz,
Incansable y, hasta cierto punto, algo piadosa. Ivana Baquero, que ya asombró en su rol en El laberinto del fauno (que le deparó docena de nominaciones y dentro de ellas siete galardones), mantiene su capacidad actoral en forma concluyente: convence y engaña con tanto realismo, que muchos caerán bajo sus narrativas del crimen.
Tristán Ulloa, como Salva, bien: tranquilo, sosegado, amante, buen padre, imagen clara de un profesional seguro de sí mismo. Arturo Ferrer como Álex Gadea, cuyo nombre en la vida real fue Antonio Navarro, no tiene mayores oportunidades para dar lumbre a su actuación. Yo lo veo cual línea del horizonte, sin movimiento alguno.
Olvidaba, el filme se divide (sin interrupciones) en tres capítulos: Eva, Maje y Salva. Ello permite que los televidentes, porque está en Netflix ocupando el séptimo lugar de las más vistas en Ecuador, puedan ingresar en la psiquis de los personajes así divididos: la primera es tenaz, la segunda llega a extremos y el tercero queda, por su temperamento, en el mundo de la resignación.
- Calificación: * * *
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