
Guayaquil bajo asedio: el centro cae ante la prostitución, las drogas y el crimen
Ciudadanos denuncian abandono; afirman que solo el trabajo sexual y el microtráfico se mantienen activos de noche
“Lamentablemente todo está feo, no queda nada bonito”. Así describe Armando Jarrín, uno de los residentes del centro de Guayaquil, la crítica situación actual de sus calles y aceras.
La zona más comercial y turística de la urbe ha perdido su atractivo, en parte por la inseguridad generalizada en el país, pero también (según ciudadanos y moradores consultados por EXPRESO) por la omisión de un Cabildo que, pese a las denuncias y quejas, no ha logrado cambiar esta realidad.
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“La verdad es que el Municipio no hace nada. No se ve inversión en nada que pueda cambiarle la cara al centro. En las mañanas y tardes hay actividad gracias al comercio, pero en la noche, con los locales cerrados, el sector no tiene nada que ofrecer más que una imagen fea y peligrosa”, manifestó Diego Trujillo, habitante de dicho sector porteño.
Drogas, prostitución y desaseo por doquier
Trujillo puso como ejemplo la llamada zona rosa. “¿Qué es lo que encuentras? Gente tomando y consumiendo drogas en la calle, dando mal aspecto, orinando en las veredas, faltando el respeto y pidiendo limosna a las personas que se atreven a caminar por ahí”.

También mencionó lo que ocurre en el parque Centenario, que en lugar de ser un punto de encuentro y esparcimiento familiar, se ha convertido en una zona de encuentro para trabajadoras sexuales y expendedores de droga. En este parque, afirma, no se puede descansar cinco minutos sin recibir propuestas indecentes.
Las quejas se multiplican. En los alrededores del Mercado Central, el desaseo, desorden y trabajo sexual son el común denominador en cada esquina. Cerros de basura se acumulan durante el día, y las aceras están ocupadas por cientos de comerciantes que no dejan un centímetro libre.
En las turísticas y tradicionales calles 9 de Octubre y Malecón Simón Bolívar, los portones de los edificios son usados como dormitorios por personas en situación de calle.
Las quejas también alcanzan a los patrullajes policiales, que (según los vecinos) no son efectivos y resultan insuficientes ante la creciente presencia de delincuentes.
La violencia va en aumento en el centro de Guayaquil
En las últimas semanas, el número de hechos violentos se ha multiplicado en el casco comercial porteño.
Por ejemplo, un tiroteo a plena luz del día ocurrido el 29 de abril dejó a un ciudadano extranjero herido de bala en un brazo y una pierna. La víctima había sido seguida desde un banco, de donde retiró dinero minutos antes. El 4 de mayo, cuatro personas fueron asesinadas a tiros cuando salían de un hotel. Las víctimas tenían antecedentes criminales y, según información policial, pertenecían a un grupo delictivo.
El 13 de este mismo mes se registró otra balacera en Víctor Manuel Rendón y Boyacá, que terminó con la captura de dos antisociales que irrumpieron violentamente en un hotel de la zona.
El sábado 17 de mayo ocurrió el hecho de sangre más impactantes: en Puerto Santa Ana, una de las zonas más exclusivas de la urbe, un hombre fue interceptado en su vehículo y acribillado. En ese mismo incidente, una menor de edad resultó herida por una bala perdida. En este sitio, el 20 de marzo, también fueron asesinadas a tiros tres personas.
Ese mismo día y el 18 de mayo, dos atentados con explosivos se registraron en la bahía de Guayaquil. Varios locales resultaron afectados. El 19 de mayo, el coronel Herbie Guamaní, quien fue nombrado jefe del distrito 9 de Octubre a inicios del mes, explicó que se habían activado unidades de inteligencia e investigación para enfrentar la creciente violencia.

Sin embargo, el índice criminal no ha bajado. Hace dos días, el dueño de una ebanistería fue acribillado dentro de su taller. El móvil del crimen que se baraja es la extorsión, otro de los grandes males que aquejan a este territorio.
Peatonalización urbana mejora la seguridad pero exige estudios y consensos
Una de las estrategias implementadas por el cabildo guayaquileño para recuperar los espacios públicos es la peatonalización de las calles céntricas de mayor importancia comercial y turística.
Esto ocurre, por ejemplo, desde 2024 con la Panamá y 9 de Octubre. La idea es que la presencia ciudadana, además de alejar a los hampones, dinamice la economía de la urbe.
El experto en urbanismo Brick Reyes considera que para lograrlo, primero se debe garantizar la seguridad ciudadana y que esto va más allá de la presencia policial.

“Existe una tendencia a peatonalizar calles, un proceso de repensar el desarrollo urbanístico, pero esta transformación debe acompañarse de decisiones administrativas y políticas”.
Explica que “peatonalizar calles es bueno porque se plantea que los espacios deben ser primero para los peatones y luego para los vehículos. Es un tema de movilidad urbana que hay que pensar más allá del vehículo y las personas. También es necesaria una reingeniería del sistema de movilidad”.
Sin embargo, aclara que antes de ejecutar estos proyectos, se debe planificar con precisión qué vías intervenir, ya que no todas se prestan para esto.
“Es algo muy técnico, no solo para que los resultados sean óptimos, sino también para que lo acepte la comunidad. Peatonalizar no debe ser decisión exclusiva del Municipio, sino también deben participar entidades públicas y la academia”.
Reyes subraya que estos espacios deben complementarse con propuestas artísticas, culturales, educativas, recreativas y comerciales. “Esa debe ser la idea que incentive el comercio, el turismo y dé una nueva imagen urbana a la ciudad”.
Finalmente, enfatiza que se debe garantizar el uso peatonal tanto de día como de noche. Para ello, lo más importante es que sean espacios seguros. También deben contar con sombra, iluminación artificial, áreas verdes y cuerpos de agua, para contrarrestar el calor característico de Guayaquil.
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