A un mes de cumplir un año de su ingreso a la Policía Nacional, Joseph Silva Ortega regresó a su natal Portoviejo, pero dentro de un ataúd. El policía fue asesinado la noche del lunes 27 de marzo, tras un operativo ejecutado en el sur de Guayaquil, en el que otro compañero y un civil resultaron heridos de bala, presuntamente por un hombre que hace cuatro días salió de prisión tras cumplir una sentencia de 20 meses, por el delito de porte de armas.

El coronel Fabary Montalvo, jefe subrogante de la Policía Zonal 8, informó que los uniformados -quienes pertenecen al Grupo Motorizado del Distrito Esteros-, habían terminado un operativo de control de motocicletas en aplicación a la ordenanza municipal, que impide la circulación de dos hombres en moto.

En esas circunstancias, añadió el oficial, los policías se percataron que en una intersección dos sujetos a bordo de una motocicleta evadieron el control y se pasaron varios semáforos. Ante esa situación, los uniformados emprendieron una persecución y lograron interceptar a los sospechosos a unas cinco cuadras del lugar, donde los individuos realizaron varios disparos, dijo el jefe policial. Una de las balas alcanzó a Silva, lo que provocó su muerte; mientras que otro servidor con el rango de cabo segundo, resultó herido en el hombro izquierdo.

El general William Villarroel, comandante de la Zona 8, agregó que a unos 40 metros de la balacera un civil también fue impactado en el glúteo, por lo que fue llevado de emergencia a una casa de salud. Ambos heridos están estables, aseguró el comandante.

Tras el hecho, unidades cercanas continuaron con la persecución y lograron detener a uno de los atacantes, quien habría salido hace cuatro días de la cárcel luego de cumplir una condena de 20 meses, por el porte ilegal de armas de fuego.

Los restos de Silva fueron llevados al Cuartel Modelo, donde se levantó una capilla ardiente, la mañana del 28 de marzo. Sus compañeros no ocultaron el dolor por su crimen y protagonizaron escenas muy dolorosas al pie de su féretro. El cuerpo fue trasladado al cantón Portoviejo, provincia de Manabí, donde será sepultado este miércoles 29 de marzo.

Según el coronel Montalvo, en lo que va de este 2023, un total de 6 policías han fallecido en el cumplimiento de su deber en la Zona 8, que comprende Guayaquil, Durán y Samborondón. En 2022 fallecieron 22 de un total de 75 a nivel nacional. En Santo Domingo de los Tsáchilas, también fue asesinado el sargento segundo Pablo Velasco.