A David Lainez, Edwin, Fabricio y Richard Carpio no se les borra la sonrisa del rostro. Estos primos guayaquileños están contentos porque el monigote que crearon se hizo famoso de una manera bacán. Elaboraron un año viejo gigante de Gene Simmons, bajista de Kiss, la banda estadounidense de rock. Y fue precisamente un tuit del músico, compartiendo un video del muñeco, lo que volvió viral la obra artística.

La publicación fue el 28 de diciembre de 2022, a las 22:53 y, hasta este momento, alcanza más de 12.000 'me gusta' y 2.643 'retuits'. "Ecuador rocks!", fue la frase con la que el rockero hizo el posteo. Esa corta expresión bastó para que desde esa noche los parientes estén a reventar con las solicitudes de fotos de turistas y simpatizantes, en Alcedo y la 15, sector del suburbio de la urbe porteña en donde se encuentra la gran figura de papel.

"Nos sentimos muy orgullosos, porque por primera vez creo que mandan un video (de un monigote) a un artista y él lo ve. Yo estaba trabajando, me llamaron y me dijeron, 'oye, vente para acá, que el músico dedicó unas palabras', ¡y yo fui contento!", recuerda Edwin Carpio sobre cómo reaccionó al enterarse del tuit de Simmons.

La gente que a esa hora se encontraba en el sitio, en el suroeste de la ciudad, de 'una' les dijo que el famoso bajista había compartido un video de un usuario, provocando en ese mismo rato una algarabía.

"Después mucha gente vino a quererse tomar fotos, nos dijeron que el monigote se había hecho famoso. Esto nos llena de alegría porque, de alguna forma, no solo representa nuestro esfuerzo, sino también hace quedar bien al país", describió emocionado Francisco Carpio, otro de los primos.

El gigante tiene su encanto no solo por la inesperada promoción del artista, sino porque por sí mismo es pintero y de caché. Su cabeza es giratoria, se mueve de izquierda a derecha. Además, su lengua larga entra y sale de la boca. Tiene iluminados los ojos, al igual que las cuerdas de su instrumento.

Por si esos detalles fueron pocos, debajo del muñeco hay un bajo real para que los visitantes puedan cargarlo y fotografiarse con el monigote de fondo.

Los primazos hacen sus esculturas cada Fin de Año como una tradición familiar. También aprovechan para ganarse un billetito con las fotos y mantener la esencia del suburbio con estos gigantes que enamoran.