El pedido que los habitantes de vía a la costa han venido haciendo hace al menos dos años fue escuchado, pero no estuvo libre de críticas. Este 24 de octubre, a través de un comunicado la ATM informó que la velocidad máxima para circular en vía a la costa, tanto para vehículos livianos y pesados, será de máximo 70 kilómetros desde el próximo 19 de noviembre. 

Que la razón surge, detalla, debido a la cantidad de accidentes que en ese sector se han registrado entre 2018 y 2023, y que suman un total de 176; que han dejado como resultado a 179 personas lesionadas y 18 fallecidas. 

"Se ha verificado que del total de vehículos que circulan por vía a la costa entre el 14 % y el 24  % exceden los límites de velocidad", explicó la entidad; al precisar que cuatro días después de puesta en vigencia la norma, es decir desde el 23 de noviembre, regirán las multas de incumplirse la ley. 

Para la ciudadanía, sin embargo, que exista una nueva norma no garantiza que la medida sea tomada en cuenta. "Hasta ahora un vehículo liviano podía movilizarse a 90 kilómetros, sin embargo había conductores que iban a 110 o más, a diario y a plena luz del día. Esta infracción la cometían también los conductores de camiones y tráileres que, de paso, se descarrilaban. Yo no creo en realidad que la norma se haga cumplir. La ATM no controla nada. Pone leyes que son letra muerta",  señaló Alfonso Caicedo, habitante de Bosques de la Costa. 

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Para el ciudadano Alfonso Mora, la mirada de los agentes de tránsito debe estar puesta sobre todo en los buses y camiones que, advierte, "se pasan hasta el semáforo en rojo" y se movilizan incluso sus placas. 

Este último punto, a decir de los residentes, es otro que debería priorizarse y que no ha sido tomado en cuenta por "ninguna autoridad". "Aquí los vehículos pasan 'volando', con o sin placas. La gente hace lo que le da la gana y aun si los vigilantes están a dos pasos de los conductores, no los detienen. Allí deberían apuntar también los controles. En fin, nada de eso pasará. Ya ha quedado claro que la ATM trabaja en horario de oficina y que una vez dan las 18:00 desaparecen. Para qué gastar palabras", sentenció Luciana André, habitante de Belo Horizonte. 

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Entre los conductores hubo quienes rechazaron la medida por ser la arteria insegura y oscura. “Ni loco andaré a 70 kilómetros en la noche. Esta vía está en tinieblas. Que primero la iluminen y coloquen los debidos pasos peatonales y señalética para que la movilidad sea correcta. Ahora que todo el mundo está en contra de la entidad porque, claro, sabemos que su trabajo es ineficiente, dicen que van a poner en marcha esta medida. Y es válida, por supuesto, siempre que primero haya seguridad”, sentenció Raúl Macías, residente de Puerto Azul.

A todas esta críticas se sumó una más, ya de por sí cotidiana: los radares. Los ciudadanos exhortan a que antes de reducir la velocidad, "aclaren lo que pasa con los dispositivos".  "Eso es más importante ahora y no porque no me importe que la gente se movilice como loca, que es algo irracional; sino que la ATM no soluciona el mayor problema que nos agobia a todos. Ahora, con ese cuento de que hará controles, de seguro va a tener carta abierta para que los radares marquen lo que les da la gana. Ya sabemos que están dañados, lo sabe el Ecuador entero aunque la ATM diga lo contrario. Arreglen primero eso y luego solucionen las tantas otras carencias que tenemos en cuanto al tráfico. No crean que somos tontos. Que les quede claro, clarísimo, que no lo somos", sentenció Richard Carpio, habitante de Los Ángeles. 

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