Como pasó con las hermanas Neisi Dajomes y Anggie Palacios, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Poleth Mendes y Anaís Méndez, también hermanas, lucieron un peinado con trenzas de color amarillo, azul y rojo, en alusión a la bandera ecuatoriana. Era un buen presagio verlas mostrar su belleza en un deporte de tanto poder y fuerza como las antes mencionados y terminó siendo una cábala.

Poleth Mendes Sánchez fue la primera ecuatoriana que salió a la competencia. Y en su primer lanzamiento logró un registro de 12.75 metros. Ella sabía que podía mejorar sus registros y no se la vio tan contenta. Luego fue el turno de Anaís, su hermana. Quien con un fuerte grito y un gran despliegue de su brazo, logró concretar 13.78 m de distancia en su primer tiro. Ambas se abrazaban y felicitaban luego de ese alentador inicio.

En su segundo lanzamiento y buscando mejorar el primero, Poleth volvió a darle potencia a brazo derecho y logró alcanzar 13.14m de distancia, mejoró en consideración al primero, pero aún estaba lejos de su hermana.

Pero iba a llegar una buena señal para Ecuador. Cuando ya nos ilusionábamos con el primer lanzamiento de Anaís, el segundo le sacó algunas lágrimas a la ecuatoriana. De nuevo, fuerte impulso, grito desgarrador a la hora de lanzar la bala y logró con 14.01m un nuevo récord paralímpico. Y estuvo muy cerca del récord mundial (14.10m)

Su cara lo decía todo, aunque tenía una toalla sobre su rostro, era imposible no evidenciar su alegría total. Estaba en primer lugar.

Pero era turno del tercer intento para Poleth Mendes y no iba a defraudarse. Su mismo ritual, con silencio total y denotando un impulso de mucha fuerza, lanzó la bala y logró una distancia de 13.89m que la dejaban, transitoriamente, en segunda posición.

El tercer lanzamiento de Anaís iba a ser el menos potente (13.66m), pero con el récord paralímpico conseguido en su segundo intento, parecía imposible no quedar dentro del podio.

Pero en los siguientes intentos, Poleth iba a sacar su poderío a relucir y consiguió, no solo una marca mundial con un lanzamiento de 14.39m, sino que con ese registro se colocaba en primer lugar y nadie pudo amenazarla.

Anaís, que había arrancado a toda velocidad en la competencia, no logró sostenerse en el primer lugar, precisamente, por lo hecho por su hermana. Sin embargo, le bastó para quedarse con la presea de bronce.

El oro de Poleth y el bronce de Anís, representan las primeras medallas de Ecuador en unos Juegos Paralímpicos en Tokio 2020.

Los entrenamientos que cumplen Poleth Mendes y Anaís Méndez son serios, con amplia exigencia y sin descuidar ningún detalle de parte de David Bernardo, adiestrador de ambas deportistas que están en los Juegos Paralímpicos de Tokio gracias a su destreza en el lanzamiento de bala.

Sin embargo, también hay espacio para liberar tensiones y y el buen humor en las prácticas, sobre todo cuando el entrenador les dice: “vamos a ver cuál de las dos es mejor, la que tiene el apellido con z o la que la tiene el apellido con la s”, siempre entre risas y a manera de motivación.

Es que lo hace porque pese a que las atletas ecuatorianas son hermanas, por un problema en el momento de inscribirlas el apellido de ambas finaliza con letras diferentes. Lo que no se diferencia en ellas es el deseo por dejar en alto siempre el nombre del país, así como pugnarán por hacerlo desde las 05:00 en la gesta deportiva que se celebra en el continente asiático.

“La emoción que tienen ambas es única, es como estar en otro planeta, porque están junto a los mejores atletas del mundo”, dice Bernardo a EXPRESO sobre ambas deportistas que tienen discapacidad intelectual y con quienes cumplió un proceso para llegar de la mejor forma a la contienda en Japón.

Poleth (25 años) es la mayor y la que tiene más experiencia en este tipo de competiciones. No en vano obtuvo diploma paralímpico en los pasados Juegos de Río, en el 2016. Cuenta que ella ha superado incluso lesiones para representar al país en el continente asiático.

“Poleth tiene más experiencia, yo a ella la formé, hemos tenido unas pequeñas lesiones por la que estuvo fuera un año y medio, pero se pudo recuperar y ha luchado siempre con la meta de alcanzar los mejores resultados”, dejó saber su entrenador, no sin antes recalcar que gracias a su esfuerzo y entereza “es tercera en el mundo”.

Por su parte, Anaís, de 21 años, está en pleno proceso formativo, pero debido a sus avances llegó a los Juegos Paralímpicos, lo que demuestra su habilidad y destreza para el impulso de bala. “Ella tiene un potencial enorme en esta disciplina y lo muestra en cada uno de los entrenamientos y competencias”, sostuvo sobre quien se ubica sexta en el mundo en su especialidad.

Carácter, temple y amor fraternal, es lo que une a Poleth y Anaís, además de la pasión por el deporte, donde compiten con orgullo por el país.