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Jugar o no jugar, el dilema covid de Wimbledon

En abril de 2020 tomó la dura decisión de suspender el torneo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial y en 2021 vivió una edición descafeinada, con capacidad reducida hasta las semifinales

Matteo Berrettini, fuera de Wimbledon. La noticia corría como la pólvora en los pasillos del All England Club. Destapaba la bomba el propio romano y las reacciones iban desde el ambiente funesto entre los periodistas italianos hasta la sorpresa de sus compañeros de circuito. Porque el protocolo no era algo marcado a fuego en las puertas del torneo, sino un rumor que comentaban los fisios en el vestuario. Pocos tenían claro qué hacer. ¿Jugar con covid o no jugar? El dilema de Wimbledon.

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Fue Feliciano López el primero en aclarar la situación. "Tengo entendido que se puede competir pese a tener covid", dijo el toledano a los medios españoles. Lo sorprendente era la neblina que rodeaba el asunto. "Se lo he escuchado a un fisio", apuntó. Misma fuente que tenía Rafael Nadal y que apuntaba con sus declaraciones más arriba. "No sé si me han comunicado el protocolo. Hay muchas cosas que los Grand Slams no nos comunican", matizó el balear.

"Sinceramente, no sabía ni que la gente estaba dando positivo hasta que vi a una jugadora con una mascarilla", dijo Coco Gauff, número doce de la WTA. "No sabía tampoco que la gente se estaba haciendo test hasta antes de mi partido. No había hablado con nadie de este tema", respondió la estadounidense.

Ante las dudas, la organización salió al paso. Aclaró que la responsabilidad reside completamente en los tenistas. Si el jugador tiene síntomas, es él el que decide si hacerse un test, el que decide si comunicarlo y el que, en última instancia, elige entre seguir compitiendo y no. Matteo Berrettini y Marin Cilic escogieron irse.

"Me parece perfecto que la organización deje tomar la decisión al jugador en función de cómo se siente", sostuvo Roberto Bautista, uno de los más contundentes con la situación. "Creo que si tuviera covid, jugaría. Ya he jugado muchas veces en mi carrera enfermo o con fiebre".

En el caso de Berrettini, uno de los grandes favoritos al título, un hombre al que todas las quinielas ponían, como mínimo, en semifinales, las informaciones apuntan a que el virus le había golpeado fuerte. "Tiene que estar muy mal para haber elegido esto. Es una decisión muy dura", explicó Stefanos Tsitsipas.

Nadal, ante la avalancha de preguntas por un asunto que puede poner en jaque el torneo de cualquiera, puso un punto de cordura. "Obviamente espero no verme en esta tesitura. Si me veo, pues actuaré de la manera más responsable posible. Para mí depende mucho de las situaciones, pero la salud general va por delante de cualquier otra cosa", dijo el de Manacor.

Wimbledon ha recuperado este año la normalidad que la pandemia le arrebató durante dos temporadas. En abril de 2020 tomó la dura decisión de suspender el torneo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial y en 2021 vivió una edición descafeinada, con capacidad reducida hasta las semifinales, test diarios, burbujas y mascarillas.

Para este curso, todo eso se eliminó. Wimbledon, al amparo del Gobierno británico, que ha proclamado la normalidad desde julio de 2021, se deshizo de todas las restricciones covid y, a diferencia del resto de torneos, confió en la responsabilidad individual de los tenistas para lidiar con el virus. Ni siquiera consultó a los tenistas sobre el protocolo a aplicar.

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"Creo que no nos tienen que consultar. Nosotros no estamos preparados para tomar esas decisiones. Somos tenistas, no especialistas en salud. Tienen que tomar esas medidas los que están preparados, los expertos en salud. Todos podemos opinar sobre todo, pero esto se convertiría en un circo. A la hora de poner unas normas que las pongan los que saben, no nosotros", explicó Nadal.

Pero este escenario de libertad es nuevo para los tenistas, acostumbrados a que un positivo suponga una eliminación. Por eso, la francesa Alizé Cornet destapó que en Roland Garros hubo un brote de covid y que los tenistas hicieron un pacto para cubrirlo. "Hubo nombres importantes que si salieran a la luz crearían un infierno", manifestó la gala.

"No recuerdo casos en Roland Garros", replicó Nadal. "Si alguien dio positivo, no lo sé, no tengo esa información. Prefiero no hablar de ello porque no tengo toda la información".

"Me cuesta mucho creer estas cosas", prosiguió Feliciano. "No creo que haya habido cosas raras, que haya habido un brote de covid y los jugadores lo hayan tapado. No he visto muchos casos en los torneos".

La sangría de positivos, de momento, se ha frenado. Wimbledon espera que quede en una anécdota, pero, sin saberlo, ha creado un precedente para el resto de torneos, que tendrán que hacer frente a la diatriba de permitir a los tenistas jugar aunque tengan covid.

"A veces en los torneos hay casos de gastroenteritis, por comida en mal estado, y no vamos a crear un protocolo por eso y expulsar a los tenistas enfermos. Si volvemos a la época de las burbujas, dejaré de jugar torneos", exclamó Cornet.