Los Juegos Olímpicos ya están aquí para hacernos soñar con un mundo lleno de paz, donde todos somos iguales y no existen enemigos, tan solo rivales. Al menos, ese fue el mensaje que envió Japón con el globo terrestre formado por drones, mientras se escuchaba la canción ‘Imagine’ durante la inauguración, en el estadio Olímpico de Tokio.

Fue uno de los momentos que más invitaron a la reflexión. Después de todo, los mismos Juegos han tenido que superar muchos obstáculos, como los 16 meses de retraso y obligar a la mayoría a mirar para el mismo lado para dar el tan ansiado paso inicial.

Estos Juegos estarán, sin duda, entre los más recordados en la historia. Para el mundo, porque han sido pensados como un intento más por tratar de retomar la normalidad, después de casi dos años de vivir en constante agonía por culpa de la pandemia de COVID-19.

Y para el Ecuador, especialmente, porque contará con la mayor delegación en sus 15 participaciones. Esta vez 48 tricolores buscarán juntarse a Jefferson Pérez (marcha) en nuestro corto Olimpo de medallistas.

Y una de esas esperanzas es la pesista Neisi Dajomes, quien debía portar la bandera durante la inauguración, pero no pudo viajar desde España porque dio positivo a una prueba de COVID-19. Aunque eso no fue más que una falsa alarma, ya que en la PCR dio negativo, le impidió viajar a tiempo.

De todas maneras, la delegación nacional estuvo liderada por Alexandra Escobar, una de nuestras históricas y que por última vez en su carrera estará en una cita olímpica. Y el boxeador Julio Castillo la acompañó. Cabe anotar que por primera vez cada delegación desfiló con un hombre y una mujer como abanderados.

El puñado de ecuatorianos se mezcló entre las demás delegaciones, en un evento que tuvo una combinación entre el avance tecnológico y la cultura ancestral que tanto identifica a los japoneses. Y de paso, con algunos guiños a la cultura pop y a los videojuegos, como las bandas sonoras de ‘Winning Eleven’, ‘Final Fantasy’, ‘Kingdom Hearts’, ‘Ace Combat’, entre otros, que se escucharon en pleno desfile de las comitivas.

Los atletas, por su parte, desfilaron ataviados con mascarillas y respetando, algunos más que otros, la distancia social de dos metros que recomiendan los anfitriones en sus protocolos de prevención de contagios.

Unos pocos lo hicieron sin mascarilla, como Kirguistán y Tayikistán, lo que les podría valer una sanción por parte de los organizadores.

Pero eso ya será analizado posteriormente. Lo que más importó es que durante cuatro horas Tokio atrajo los ojos del mundo para abrir, de manera oficial, unos Juegos Olímpicos que prometen muchas emociones y que para Ecuador están cargados de muchas esperanzas.