Psicología
Feminismo.Shutterstock

Una mirada al feminismo

La igualdad de oportunidades es el principal motivo para que toda mujer se apropie de esta palabra y deje de verla con connotación negativa.

Feminista, una palabra tan poderosa y fuerte, que en los últimos años ha sufrido un estigma social. No solo ante la mirada de muchos hombres, sino también de las mujeres. “Yo no soy feminista… ¡Ni loca!”, se escudan algunas.

Esto lleva a cuestionarse si acaso esta sociedad sabe realmente lo que significa el feminismo.

Es hora de entender, entonces, que este término no tiene por qué estar rodeado de connotaciones negativas. En SEMANA hacemos un repaso por su definición e invitamos a los varones a sumarse a esta lucha.

Lo que sí es ser feminista

Para entender lo que significa la palabra, la Real Academia Española (RAE) la define como “el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre, así como el movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo”.

Ante esta definición, Patricia Vallejo, quien cursa un doctorado en Sociología de la Universidad Católica de Argentina, recalca que el “feminismo no busca sobreponerse al hombre, como muchos lo consideran, por el contrario, busca a través del colectivo visibilizar los espacios y prácticas de marginación o violencia a los que nos vemos afectadas por el hecho de ser mujer, y con esa visibilización alcanzar un equilibrio social”.

Es decir, ser feminista no es odiar a los hombres. Y tal vez la malinterpretación ha hecho que algunas no se sientan identificadas con la palabra. “Lo ven como una simple palabra llena de letras; mas no se la entiende desde su significado como una lucha histórica y activa. Es decir, puede existir desconocimiento de los derechos alcanzados a lo largo del tiempo como: sufragar, estudiar, trabajar y, además de percibir una remuneración, tengamos acceso a los 84 días de maternidad y las horas de lactancia, que además son derechos del niño también”, enumera algunos.

Basta sentarse a dialogar con las abuelas para comparar los derechos que hoy se gozan a diferencia de su época. Sin embargo, a pesar de lo alcanzado, eso no significa que hoy la lucha no continúe. Sigue en pie.

Desde #NiunaMenos

“La lucha de hoy no es igual a la que tuvieron mujeres en otras décadas. Las prioridades cambiaron y variaron dependiendo del país. Por decir un ejemplo, las exigencias de las mujeres musulmanas son diferentes a las de las latinas. Sin embargo, aunque haya diferencia cultural, todas buscan un mismo fin: igualdad. Por eso cada mujer debe apropiarse de la palabra feminista”, refiere Camila Cedeño, fundadora del proyecto ‘Mujer vales mucho’ (Muvalmu).

Asimismo, agrega que el feminismo ha pasado por algunas olas, y la actual se concentra en la lucha contra la violencia. Gracias a las redes sociales, se han podido difundir historias concretas de ello. Hashtag como #NiUnaMenos, por ejemplo, surgió en Argentina en el año 2015 ante las muertes violentas de mujeres. Luego, en 2017, apareció #MeToo para visibilizar a quienes hayan transitado por un hecho de agresión sexual o acoso.

“Los problemas de unas deben pasan a ser de la sociedad. Sin embargo, falta empatía, incluso de las mismas mujeres. Al decir “yo no soy feminista”, es una menos que lucha, y da a entender que no le importa la realidad”, dice Cedeño.

El derecho a elegir también es parte de esta nueva ola. Aquello empezó en Argentina en el 2018, cuando en ese país se votó sobre la despenalización del aborto para que este fuera legal y gratuito, y el pañuelo verde de las feministas se convirtió en su bandera.

El patriarcado, su obstáculo

Las movilizaciones cada vez más multitudinarias que se desarrollan los 8 de marzo, hacen que el feminismo cobre más relevancia. Sin embargo, es una marcha que no todos la ven bien.

“La movilización no debe ser vista como violenta. Violencia es el femicidio, que es el peor acto a la vulneración de la mujer. Violencia es vulnerar nuestros derechos laborales y los de nuestros hijos por tener que dar de lactar. Violencia es el acoso en la calle, entre otros atropellos a los que nos vemos expuestas día a día”, explica Vallejo y agrega, “es indolente pensar que las personas se asusten por un mural pintado con #NiUnaMenos y no por cifras del incremento de muertes, o niñas violadas obligadas a ser madres. Pero al vivir en un sistema patriarcal, toda expresión de denuncia de la mujer será siempre mal visto”.

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Para entender el término patriarcal hay que leer a Gerda Lerner en su libro ‘La creación del patriarcado’, quien lo define como “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños de la familia”.

Por eso, a decir de Cedeño, es necesario que no solo las mujeres sean feministas, sino también los hombres. “El rol de la sociedad es importante, para que en lugar de apuntarlos con el dedo, los hagan despertar. Se necesitan varones que crean necesaria la igualdad de género y apoyen la lucha de su pareja, familiar, amiga o compañera de trabajo”.

En sí, se necesita una sociedad igualitaria, donde el machismo y el patriarcado queden en el pasado, para que las mujeres puedan vivir sin miedo y con igualdad de oportunidades. Se acabaron las excusas para no ser feminista.

Que no es ser feminista

Si bien, ya se ha hablado de las razones por las que cada mujer debe apropiarse de la palabra feminista; hay que recalcar lo que no representa este término:

  • No se ataca al hombre: Una feminista no odia a los varones. Al contrario, cree que tanto ellos como las mujeres merecen el mismo trato, respeto, derechos, deberes y oportunidades.
  • No se lucha por ser superiores al otro género. Se lucha por la igualdad, no por querer ser “más que ellos”.
  • No es la versión femenina del machismo. Esta es otra idea incorrecta, ya que, mientras que el feminismo es la búsqueda de la igualdad entre sexos, el machismo supone una preponderancia del varón.
  • No es solo una palabra para mujeres. Los hombres también son bienvenidos y pueden ser feministas.
  • No se recurre al vandalismo: Eso va en contra de la causa que las feministas buscan. Aspiran a avanzar hacia un equilibrio social haciendo escuchar sus voces.

Sobre la iconoclasia

Hay un elemento muy recurrente en las manifestaciones de diferentes movimientos, no solo de las feministas. Se trata de la iconoclasia, un término en griego que se refiere a la ruptura de imágenes o íconos de la sociedad. Por ello puede ser que en las marchas de diferentes países se haya visto a algunas mujeres rayando monumentos o espacios públicos, recurren a este acto como consecuencia de no ser escuchadas ante su petición de justicia por las víctimas de femicidio. Sin embargo, no todas hacen uso de este comportamiento.

"Es necesario que no solo las mujeres sean feministas, sino también los hombres”.
Camila Cedeño, fundadora del proyecto ‘Mujer vales mucho’ (Muvalmu)