El zika rompe las previsiones y normas de salud
Un día después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarase una emergencia internacional por el alto número de casos de microcefalia asociados con madres en Brasil que durante el embarazo tuvieron el virus del Zika, Estados Unidos confirmó el primer caso de un infectado por transmisión sexual.
El virus ha ido rompiendo y saltando las previsiones y medidas de control que han implementado los países, mientras a la par se sigue expandiendo por el mundo y elevando las cifras de afectados.
Asia y África han reportado contagios aislados, pero hasta ahora América Latina y el Caribe son las regiones más afectadas, con Brasil (1,5 millones de enfermos) y Colombia (20.000) en el tope.
En Ecuador, las estadísticas oficiales hablan de poco más de una veintena de casos, pero en el transcurso de la semana confirmó el primero en una mujer embarazada: una joven madre de Quevedo, Los Ríos.
Si bien no está científicamente comprobado que el virus es el causante de las microcefalias, el elevado número de veces en que han coincidido en pacientes ha motivado a las autoridades mundiales de salud a subir las alertas y revisar las medidas de control.
Así, en la semana que concluye, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a los países afectados por el zika a autorizar el aborto y facilitar el uso de anticonceptivos, ante su probable relación con malformaciones en los fetos y problemas neurológicos.
Un llamado que supera en lo polémico a una medida anterior que recomendaba a las madres a no embarazarse en esta época, que habían formulado algunos Gobiernos.
Pese al pedido de la ONU, el aborto y la anticoncepción son temas sensibles en Latinoamérica, donde vive cerca del 40 % de católicos del mundo. “¿Cómo pueden esos países pedirles a las mujeres que eviten quedar embarazadas, pero no ofrecerles (...) la posibilidad de impedir los embarazos?”, se preguntó la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Cécile Pouilly.
Se refería, por ejemplo, a las estrictas legislaciones sobre el aborto en países latinoamericanos como El Salvador (que suma más de 3.300 casos de zika), donde se castiga hasta con 40 años de cárcel a las mujeres que aborten.
En Colombia, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, informó que se encontró una relación “causal” entre el virus de Zika y el síndrome Guillain-Barré con la muerte de tres personas durante la semana anterior.
Es la primera vez que un responsable gubernamental atribuye una muerte al zika. Dos de los decesos se registraron en Turbo, Antioquia, y la tercera en la turística isla de San Andrés, en el Caribe.
El contagio por medios sanguíneos es, por ahora, solo una sospecha. Pero la Cruz Roja de Estados Unidos ha optado por la prevención y deja por fuera a los donantes que, por ejemplo, hayan pasado por Ecuador y otras naciones afectadas con el virus.
En Ecuador, por el contrario, la institución considera que la medida “no se aplica para nosotros”, según aclaró Carlos Burneo, secretario de la Cruz Roja en el país. Es decir que se mantienen las campañas de donación, que en el último año han captado una nutrida reserva de 150 mil pintas a nivel nacional y 40 mil en el Guayas. Por lo menos, reconoce Burneo, “mientras el Ministerio de Salud Pública no disponga lo contrario”.
En tal escenario, calcula Burneo, “una baja de la colecta en Guayaquil podría cubrirse con el centro de Quito”, puesto que el mosquito no se reproduce en zonas sobre los 1.200 metros del nivel del mar.
En cuanto a la transmisión sexual a dos estadounidenses contagiados de zika, la comunidad internacional y las autoridades sanitarias del país norteamericano han recomendado el uso de preservativos a los hombres que hayan visitado naciones con casos confirmados. Y mantienen la sugerencia de evitar embarazos.
Las autoridades locales, con más cautela, recomiendan a las personas “cuidarse sexualmente” y a las embarazadas “mantener los chequeos constantes”. Pero la guía sigue siendo la fumigación.