Entre las conclusiones, destacan que los huertos urbanos en Madrid tiene un nivel de exposición a contaminantes suficientemente bajo.

Son seguros los alimentos de los huertos urbanos

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han desarrollado una herramienta de acceso libre y gratuito que permite evaluar si la agricultura en la ciudad es segura.

La agricultura urbana ha resurgido durante los últimos años a nivel global. Esta actividad contribuye a la consecución de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU para el 2030. Entre ellos, lograr la seguridad alimentaria y promover la agricultura sostenible, garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles y adoptar medidas para combatir el cambio climático.

En Guayaquil, hay tres grupos que promueven proyectos pilotos. Uno de estos, es el que generó la organización social Generación Positiva con 50 casas de sectores como Las Delicias, Huancavilca Norte, Flor de Bastión.

En el caso de Madrid, un equipo de expertos, de la ETSI de Minas y Energía de la UPM, ha conseguido evaluar el riesgo para la salud humana de los usuarios de los huertos urbanos gracias a una rutina de cálculo de elaboración propia, denominada EnviroPRA, de acceso libre y gratuito.

Los investigadores han optimizado modelos, mediante el análisis probabilístico, y han demostrado que la población de usuarios de los huertos urbanos de la capital española tiene un nivel de exposición a contaminantes muy bajos como para superar los umbrales de riesgo para su salud.

Sobre esto, Juan Ramírez Asanza, vocero de Generación Positiva, considera que es muy difícil que los productos que generan los huertos familiares o comunitarios en la ciudad, puedan estar contaminados. “Es más, son más limpios y sanos, comparados con los que se ofertan en los mercados, porque estos son cosechados de fincas y haciendas que usan químicos”.

Los huertos urbanos podrían ayudar a que las ciudades sean más autosuficientes. Sin embargo, estos espacios se ubican en emplazamientos urbanos, sobre suelos que frecuentemente se encuentran contaminados debido a actividades antrópicas pasadas y presentes. “Por este motivo, podría existir un riesgo potencial para la salud humana para los usuarios de estos huertos, asociado al trabajo directo en estas tierras o indirectamente a través del consumo de los alimentos procedentes de ellos” indica Miguel Izquierdo, investigador de la UPM experto en este tipo de estudios.

En un trabajo inicial, realizado por el grupo de investigación PROMEDIAM de la UPM, se constató que, de forma general, no existía riesgo para la mayoría de la población, salvo en el caso extremo de un escenario infantil en el que los niños usasen los huertos como áreas recreativas y toda su alimentación proviniera exclusivamente de productos cultivados sobre suelos contaminados.

Un escenario que no es posible en Guayaquil, asegura Ramírez. “Los niveles de contaminación del aire no están expuestos a un sector industrial de gran desarrollo como ciudades de otros países”.

En el caso de los proyectos locales, Generación Positiva ha entregado semillas para familias que tiene sus plantas en terrazas, jardines y ventanas. “Nuestra próxima fase será con escuelas, cuyos espacios, no están expuestos a contaminación”.