Propuesta. Michael Laz e Irving Guillén estudian Ingeniería Mecánica. La meta es entregar una herramienta a su compañero discapacitado.

La solidaridad los llevo a crear un brazo bionico

La discapacidad de un compañero de estudios que carece de una de sus extremidades superiores inspiró a dos estudiantes de Ingeniería Mecánica a preparar su tesis en el desarrollo de un brazo biónico para aplicarlo en la medicina.

La discapacidad de un compañero de estudios que carece de una de sus extremidades superiores inspiró a dos estudiantes de Ingeniería Mecánica a preparar su tesis en el desarrollo de un brazo biónico para aplicarlo en la medicina. Los innovadores son Michael Laz e Irving Guillén, alumnos de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo.

Jorge Luis Guadalupe, tutor de los futuros profesionales, comentó que el proyecto inició con la idea de que los tesistas querían mezclar la mecánica con electrónica.

La finalidad es que el prototipo sirva como una primera aproximación de la carrera mecánica a la robótica.

Los jóvenes nunca imaginaron que la solidaridad los llevaría a construir el primer brazo biónico en Los Ríos.

Guadalupe dijo que el bastidor (parte estructural del brazo) está impreso en 3D. Es un polímero rígido, y el proyecto lo que trata principalmente es de simular los movimientos de una mano, los tendones son adaptados mediante hilos nailon y los movimientos son sincronizados con un guante.

Es el primer plazo de un gran proyecto, porque se puede codificar mediante ganglios para activar el movimiento de los músculos y utilizable en una persona que tiene sus miembros cercenados; o a su vez trabajar en la biomecánica.

El prototipo puede servir para una empresa que trabaje con frutas seleccionadas y logre dividir por especies.

Para Laz, lo novedoso de este proyecto es que es inalámbrico, y se puede activar con el movimiento de la otra mano mediante un guante sensorizado, por eso agregaron dos módulos: uno es el receptor y otro el transmisor de la información. También lo nuevo es el movimiento de las muñecas.

Guillén especificó que el proyecto va destinado a realizar una prótesis, por lo que solo necesitan pequeños cambios para llegar a ese propósito y la programación está hecha con base en dos placas encefálicas, que permiten controlar todos los movimientos.

El universitario dijo que la modificación que se le puede dar al futuro es que se consiga la flexión y extensión de las muñecas, por ahora solo están iniciando un prototipo.

La consigna de los jóvenes es crear micropulsos que vayan conectados a músculos o al cerebro y envíen la orden de tener movimiento a la prótesis. Así será de gran utilidad para su compañero de aula.