Segunda vivienda Pese a la crisis hay oferta de casas para vacacionar

Segunda vivienda Pese a la crisis hay oferta de casas para vacacionar

Una casa para vacacionar es el sueño de toda familia. Claro que es una inversión que no todos pueden asumir, y mucho menos hoy que vivimos una recesión económica sin fecha de expiración. Pero para quienes tienen dinero ahorrado o alguna posibilidad de que se les apruebe una segunda hipoteca, el mercado inmobiliario desarrolla algunos proyectos especialmente en la playa, que invitan a invertir.

Por ejemplo, a lo largo de la Ruta del Spondylus se siguen construyendo edificios de apartamentos que, últimamente, tienen, incluso, a muchos extranjeros como compradores.

Además, al pie del mar han comenzado a levantarse grandes complejos urbanísticos que se publicitan como algo más que simples proyectos inmobiliarios. “Es el nacimiento de una nueva ciudad costeña, con un frente que combina playas de arena dorada y una laguna de transparente agua azul turquesa, donde se disfrutará de una vida relajada propia de una isla caribeña...”, dice el Consorcio Nobis sobre su megaproyecto Karibao, que fue lanzado en mayo de 2015. Allí se ofrecen departamentos desde $ 136.000 hasta $ 250.000.

Ubicado en Engabao (cantón Playas), Karibao contempla la construcción, en ocho años, entre 28 y 30 edificaciones, la primera de las cuales (Arawa) está en marcha y tendrá 98 departamentos, de 2 y 3 dormitorios, en 17 pisos, con parqueos y áreas técnicas.

Otro proyecto, o mejor dicho “paraíso donde las cargas de la vida cotidiana se alejan para permitirle vivir una vida donde hacer algo distinto cada día sea su única rutina”, está ubicado en el balneario de Ayangue, en la provincia de Santa Elena.

Guillermo Roseney Salcedo, presidente de RSA Bienes Raíces, que impulsa este ambicioso plan llamado Casa del Sol, precisa que se trata de la venta de terrenos en una especie de resort privado, para gente de nivel socioeconómico medio alto y alto, o para extranjeros.

Allí hay lotes desde $ 180.000 hasta los $ 700.000 dependiendo de la ubicación y el tamaño y hasta ahora la mayoría de clientes es de Guayaquil.

“Ya está en un 93% vendido, ya lo estamos entregando”, dijo Roseney, quien destaca que el proyecto tiene cualidades únicas: una ubicación geográfica privilegiada, y por estar entre dos riscos o puntas hace que tenga una playa prácticamente privada. Casa del Sol tiene un ‘beach club’ con servicio de restaurant 7 días a la semana y el corazón del proyecto es la piscina Crystal Lagoon, un producto de tecnología chilena, reconocido en el mundo.

Para quienes gustan más bien del campo existen proyectos como Oasis Quintas Vacacionales, un lugar de clima subtropical, lleno de vida silvestre, vegetación y ríos cristalinos. Está en el cantón Pedro Vicente Maldonado (Pichincha) y ofrece lotes a $ 22 el metro cuadrado.

Aparte de los desarrollos inmobiliarios bañados por las aguas del Pacífico o en plena serranía, los ecuatorianos con posibilidades económicas vienen siendo tentados por proyectos que están fuera del país.

Por ejemplo, la empresa estadounidense Habitat International Group visitó recientemente Guayaquil, en busca de clientes para productos inmobiliarios en Miami y otras ciudades del estado de la Florida.

Maribel Marín, presidenta de ese grupo inmobiliario, dice que después de venezolanos, brasileños y argentinos, los ecuatorianos son los latinos que más demandan propiedades en esta soleada ciudad.

“Miami está en pleno proceso de expansión y la plusvalía que puedes alcanzar como inversionista puede llegar a ser alta -dice Marín-, y los precios al hablar de metros cuadrados son mucho más favorables en Miami que en Guayaquil”.

Todos estos proyectos suenan de maravilla, ¿pero puede una familia de clase media aspirar a ellos? Héctor Macías, presidente de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces del Guayas (Acbir-g), no lo descarta, pero aclara que “siempre y cuando terminen primero de pagar su primera residencia”.

Macías coincide con quienes sostienen que, por lo general, se exigen grandes sumas como pago inicial en segundas viviendas, pues los prestamistas quieren protegerse de clientes que a la hora de pagar la hipoteca pudieran priorizar su residencia principal.