
A la reforma laboral le faltan cifras
Hay números pendientes. El oficialismo todavía no aclara el costo ni las fuentes de financiamiento de la reforma laboral, que se discute en la Comisión de Derechos de los Trabajadores de la Asamblea. Luego de las primeras comparecencias, ayer en el Leg
Hay números pendientes. El oficialismo todavía no aclara el costo ni las fuentes de financiamiento de la reforma laboral, que se discute en la Comisión de Derechos de los Trabajadores de la Asamblea. Luego de las primeras comparecencias, ayer en el Legislativo, hay más dudas.
Marllely Vásconez, presidenta de la Comisión y militante de PAIS, no dio cifras. Para ella lo importante es frenar el aumento del desempleo. Ante la inquietud de cómo se financiará el ofrecimiento estatal de cubrir el aporte a la seguridad social de los jóvenes, de entre 18 y 24 años, que tengan su primer empleo, la oficialista no tuvo respuesta.
En su rescate salió su coideario, Fausto Cayambe. Él dijo que su cálculo estima usar unos 23 millones de dólares para ese beneficio. Eso, agregó, si se crean unos 50.000 empleos para jóvenes.
¿De dónde saldrán esos recursos? Del Plan Anual de Inversiones de 2016. Para el legislador verde flex, que el Estado pague la afiliación de nuevos trabajadores es una inversión y no un gasto corriente.
Son todos los números disponibles. La Secretaría Nacional de Educación Superior pidió más tiempo para entregar estadísticas sobre las pasantías en el Ecuador. Ayer, sus representantes comparecieron ante la comisión.
Pero la falta de números no es el único inconveniente. Cayambe sugiere cambios en el texto del Ejecutivo.
El primero es que una empresa no necesite luz verde de todos sus trabajadores para acogerse a la reducción de jornada. A sus ojos, una mayoría simple o la aprobación del sindicato debería ser suficiente.
Otro cambio permitiría que los afiliados sin relación de dependencia puedan acceder al seguro de desempleo. El proyecto elimina ese derecho.
Cristina Reyes, asambleísta de Madera de Guerrero, cree que la ley es solo un “paño tibio” para el desempleo. Los cambios no ayudarán, dice.