Punto de no retorno

Ese es el nombre que un grupo de científicos de los Países Bajos han dado al año 2035. Al ritmo que va la tierra y ante la falta de acciones de los gobiernos para combatir el cambio climático, en ese año será imposible mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, tal y como se establece en el Acuerdo de París.

En el 2015, durante la XXI Conferencia sobre Cambio Climático celebrada en París por los 195 países miembros de las Naciones Unidas, se acordaron tres acciones: mantener el aumento de la temperatura media mundial debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, y elevar las corrientes financieras a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, según dicho estudio, queda poco tiempo para que esos objetivos se conviertan en una tarea inviable.

Los efectos del cambio climático sobre las ciudades y los habitantes son cada vez más palpables y dramáticos. Recientemente el gobierno indonesio ha tomado la decisión de trasladar su capital, Yakarta. Entre la sobreexplotación de los pozos de la ciudad y el aumento del nivel del mar por el cambio climático, la ciudad se hunde a un ritmo acelerado de hasta quince centímetros anuales. Según aquello, en treinta años desaparecerá totalmente bajo el agua, por lo que habrá que trasladar a sus más de diez millones de habitantes a un lugar seguro.

Y no es la única. En un informe del Panel Internacional sobre el Cambio Climático del 2018 se estableció que las ciudades más amenazadas por el aumento del nivel del mar son: Nueva York, Nueva Orleáns, Osaka, Bombay (Mumbai) y Cantón (Guangzhou). A las que añadiría Guayaquil, con grandes extensiones pobladas en niveles ligeramente superiores al nivel del mar, lo que la hace altamente vulnerable al cambio climático.