Propuesta forestal amazonica

Que la Amazonía es y será el pulmón del mundo es un postulado ecológico que por antiguo está cada vez más cerca de ser la realidad total de un mundo globalizado, o una de las pocas zonas ecológicas limpias del planeta, sin pecar para nada de tremendistas, cuando la polución del aire va siendo el saldo en contra del progreso fabril desmesurado de las grandes ciudades. Un precio demasiado alto en todo caso, por haber servido con tan servil ahínco a la producción consumista universal, sin preocuparse del daño causado al medioambiente -en ocasiones irreparable, aunque de alguna manera todos los daños al hábitat siempre lo son- o tomando alguna previsión, pero de muy deficiente modo, sin la debida medición de la cuantía del impacto ecológico causado por una extrema actividad productora de bienes o servicios.

De similares inquietudes debió nacer la propuesta ambiental ecuatoriana presentada ante el subcomité del Programa de Inversión Forestal (FIP en inglés), con sede en el Banco Mundial, para que al fin, después de un largo proceso de desarrollo y socialización, fuera aprobado por el FIP, de donde recién el país podrá contar con un financiamiento canalizado a través del Fondo Monetario para invertir en la conservación o reforestación de lo que hasta hace unos años fuera selva soberbia y hoy es solo paisaje ultrajado por la devastación causada por la minería artesanal a cielo abierto, como ocurre en las zonas en que aún subsiste, Esmeraldas especialmente.

Fue María Victoria Chiriboga, subsecretaria de Cambio Climático, quien presentó el plan ecuatoriano ante el FIP. La propuesta ecológica estaba enfocada en “aportar a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por deforestación”, en tres zonas de la región costera del país: norte y sur de Esmeraldas, norte de Manabí y valles de la costa central. Al fin una buena noticia para paliar un tanto la mala sensación que nos produce escuchar la palabrería del presidente Lenín Moreno en su gira europea -entrevistado por las agencias de prensa internacional- por regla general tendenciosa y maligna contra su antecesor Rafael Correa, cuyo prestigio se empeña en querer destruir, como si esa fuera su única tarea y razón de Estado.