Los problemas internacionales en el mundo
Habría que dominar mucho la historia de los Estados Unidos para conocer si, en tan corto tiempo, un presidente ha logrado tan baja aceptación, como es el caso de Donald Trump. Pese a ello, va a afrontar los problemas que le ha tocado tratar y, a su vez, cumplir con sus objetivos: detener la inmigración ilegal, aplicar el nacionalismo en materia económica y acabar con el compromiso contraído por su antecesor en cuanto a permitir que Irán siga con su programa nuclear.
Por supuesto que se le han presentado otros temas como el terrorismo, la proliferación de la droga basada en los opiáceos y el mayor de ellos: el programa nuclear de Corea del Norte.
Comencemos por analizar el último de ellos: Corea del Norte y su amenaza con la posible utilización de la bomba de hidrógeno. En sus primeras declaraciones sobre este problema anunció que había que acabar con la fuerza y el fuego las pretensiones de los norcoreanos. Sin embargo, ha preferido usar la diplomacia para convencer a los proveedores de Corea del Norte de que hay que aislar a ese país que depende mucho especialmente de China. La gira que está realizando por el Oriente pueda que dé los resultados que persigue. Por lo pronto, le ha ido bastante bien en Japón. Ahora falta China, a la que se le pide perder un gran mercado para evitar una catástrofe internacional de seguir con sus planes el jerarca coreano. Por supuesto que Corea del Sur está dando todas las facilidades para realizar ejercicios militares en conjunto con las fuerzas norteamericanas, lo que ocasiona más provocación a Corea del Norte, pero igualmente se dará cuenta de que la tarea que se ha impuesto no es tan fácil, ya que sacrificaría, en caso de cometer locuras, la pérdida de buena parte de su población y del Estado mismo.
En definitiva, el éxito de Trump se basa en lo que pueda conseguir de China. Si esta gran potencia cede, impondrá condiciones, seguramente de orden económico porque las medidas nacionalistas de Trump iban dirigidas a frenar la invasión de productos chinos a su país.
Los opiáceos. A su regreso a Estados Unidos, le esperan dos problemas muy graves para su país. El primero de ellos es el descubrimiento de la popularización de una nueva droga producida por industrias farmacéuticas que ya han generado miles de millones de dólares, sacrificando, sobre todo, a la juventud norteamericana: los opiáceos. Resulta que se ha vendido libremente pastillas de muy bajo precio para combatir dolores de cabeza y males menores, a base de opio, y que son una verdadera droga que causa mayores daños y efectos más potentes que la marihuana y la cocaína. Entiendo que ya se ha restringido su venta, pero ya el mal está hecho y de alguna forma seguirán siendo repartidas.
Cuando se trata del consumo de opioides, Estados Unidos tiene el desafortunado honor de liderar el mundo. Por cada millón de estadounidenses, se toman casi 50.000 dosis de opioides todos los días.
El terrorismo imparable. En cuanto a los dolorosos casos de terrorismo, el problema es imparable. Se multiplicarán las medidas de seguridad pero el yihadismo, prácticamente vencido en el Medio Oriente, se ha diseminado por Europa y Estados Unidos, habiendo encontrado el sistema más económico para golpear a los que considera infieles: alquilar un vehículo y lanzarse contra las multitudes, o comprar armas que son de libre venta en los Estados Unidos.
Por lo pronto se ha tomado una medida: acabar con la lotería de las visas. En los consulados tendrán que hacer muchas investigaciones para conceder una visa de ingreso y se entiende que para los países musulmanes los requisitos serán mayores.
El otro problema, la venta libre de armas, es inexplicable. El negocio es muy grande y la organización del rifle hace mucho lobby en el Congreso de Estados Unidos para que no ponga trabas a la venta. Allí se verá qué medidas tomará Trump en un país que se precia de la libre empresa.
Estos asuntos, para nuestro modo de pensar, van retrasando los planes de la construcción del muro con México y les están dando tiempo a los estudiantes que, sin visa, han logrado vivir y prepararse por muchos años.
Vamos a ver cómo Trump va a sortear tantos problemas y logra así una mayor aceptación. Recordemos que es el primer período presidencial de un multimillonario que no tenía experiencia política y que no perderá la esperanza de ser reelegido, como es casi una costumbre en ese país.