
En la Pradera 1 todavia esperan los adoquines
Era un parque, pero ahora solo es un retazo de eso. Sufre de desaseo y mal aspecto. El adoquinado que el Municipio prometió llegó, pero al parecer olvidaron instalarlo.
Era un parque, pero ahora solo es un retazo de eso. Sufre de desaseo y mal aspecto. El adoquinado que el Municipio prometió llegó, pero al parecer olvidaron instalarlo. Hoy ocupa un rincón en media vereda y es parte de un escenario en el que la maleza, los juegos infantiles en mal estado y el lodo, cuando hay lluvias, son los protagonistas.
También hay alcantarillas sin cubiertas y la iluminación es insuficiente. El trabajo inconcluso de la Municipalidad no solo se nota, también causa malestar.
Habitantes de la Pradera 1 levantan su voz por este problema. Viven en las manzanas C2, C3, C4 y C5 de esa ciudadela y exigen una respuesta del Cabildo. No es para menos. Cúmulos de tierra cubren sus veredas y portales. Pero ese no es el peor de los males, pues las aguas servidas del sector causan un mal olor que es “inaguantable”.
La obra comenzó en el mes de enero, pero según Mónica Quezada, presidenta barrial, hace mes y medio la paralizaron. “Están esperando que den la orden para retirar unos árboles que se encuentran dentro del área de construcción”, explicó a este Diario.
Ella se ha acercado al Municipio alrededor de cinco veces, pero no le dan respuesta. “Esto se vuelve una piscina cuando llueve y las alcantarillas las han dejado destapadas, ya no se soportan los malos olores”, se lamenta esta moradora.
“Hemos cernido al Municipio de oficios y nadie da una respuesta”, expone por su parte Patricia Flores, moradora y vicepresidenta del comité.
La impaciencia embarga a los habitantes. Muestran su preocupación por la salud de los niños, quienes son los más propensos a enfermarse por el olor que emiten las aguas servidas. Pero los adultos también corren peligro. Javier Avecillas, otro habitante de la zona, asegura que “una señora se cayó a la alcantarilla porque llovió y no pudo percatarse del hueco”.
Otra inquietud es la oscuridad. Las luminarias ya no funcionan y los robos han sido constantes.
Consultado sobre el tema, el director de Obras Públicas del Municipio, Jorge Berrezueta, explica que es probable que este caso se ligue a un trámite engorroso que la entidad debe llevar a cabo con el Ministerio del Ambiente para poder retirar los árboles.
Sin embargo, aseveró que una vez que termine el feriado verificará si se trata de esto o existe otro motivo para que la obra esté detenida.