Dice el viejo adagio que “al que madruga Dios lo ayuda”, sin embargo de que otro refrán afirme que “no por mucho madrugar se amanece más temprano”. Así, pues, no se sabe a ciencia cierta si hacen bien los apresurados, que ya están sonriendo ante el público, o si tienen la mejor de las razones los calmosos, que creen que es necesario darle tiempo al tiempo. Me estoy refiriendo, por supuesto, a la campaña electoral que, con su debida anticipación, parece haberse ya iniciado en estos predios ecuatoriales.

Se da por sentado que el enfrentamiento principal que hay que tomar en consideración es el que tiene que darse entre los continuistas “verdes”, que no quieren aflojar la sartén por el mango, aunque el presidente Correa haya hecho postergar la “reelección indefinida” para el 2021, y la oposición variopinta que, para estar de acuerdo con estos tiempos modernos de tecnología de punta, no quiere ni de broma ser calificada de neoliberal, partidocrática, derechosa o, para usar un término de tiempos pasados, curuchupa. Y como de hecho existen sectores que sí merecen esa ubicación, por empresariales o aristocratizantes, la necesidad de no sentirse contagiados o confundidos con ellos va a impedir que la unidad “anticorreísta” se produzca con facilidad. Ello aunque la llamada “fanesca” (como la calificara el propio Rafico), que ya se ha reunido tres veces, intente romper tal prejuicio político. De allí podría surgir, suponemos, la candidatura de Jaime Nebot, aunque este insiste en seguir de alcalde porteño hasta que le toque retirarse. También aparece un nombre que puede llamar a la unidad, el del general Paco Moncayo, héroe del Cenepa, aunque la lealtad para con su partido “naranja”, que está a punto de ser reinscrito en el CNE, pudiera constituirse en factor limitante para el propósito unificador.

El roldosismo y el emepedismo, con nombres cambiados al volverse a legalizar, han postulado a los “hijos de sus respectivos papacitos”, y el prefecto Jairala también ha sido candidatizado por su partido (¿se trata de candidaturas solo aptas para debatir buscando la unidad?). En el gobiernismo se piensa aún que el mejor candidato sería Moreno, aunque lo sigan teniendo con perfil bajo en Europa.

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