Por que persiste la tuberculosis

A muchas personas les sorprende que en Europa y Norteamérica la tuberculosis (TB) continúe siendo un gran flagelo. Una de cada tres personas en el mundo está infectada con TB latente o subclínica, y los científicos predicen que 10 % de ellas manifestarán la enfermedad a medida que envejezcan y otras enfermedades comprometan sus sistemas inmunológicos. En 2015 se reportaron más de diez millones de nuevos casos de TB y casi dos millones de personas murieron por dicha enfermedad. Hay tres razones por las cuales la TB persiste: los líderes políticos no entienden la sociología tras la enfermedad, los científicos carecen de un paradigma efectivo para atacarla, y los ricos y famosos ya no mueren a causa de ella. En el pasado afectó a todos los estratos de la sociedad, pero ahora afecta a las poblaciones más vulnerables. La incidencia de la TB resistente a los medicamentos está en aumento porque los sistemas de atención de salud de los países pobres carecen de recursos para detectarla y ayudar a los pacientes a cumplir con sus terapias. India, Indonesia, China, Nigeria, Pakistán y Sudáfrica representan 60 % de todos los casos reportados de TB. Rusia puede estar subestimando intencionalmente su problema y algunos países africanos no saben cuántos de sus ciudadanos están infectados. Los líderes políticos no han podido comprender los factores sociológicos detrás de la TB. Por ejemplo, la prevalencia de la enfermedad no suele aumentar después de los desastres naturales, pero sí aumentó en Haití luego del terremoto de 2010, en parte por políticas de NN. UU. y Usaid. Los campamentos de refugiados estaban abarrotados, los servicios de saneamiento básico eran deficientes, los niños tenían desnutrición crónica y los incentivos financieros hicieron que muchos prolongaran su estancia en los campamentos. La discriminación, el estigma y el aislamiento no son solo rasgos perniciosos de las sociedades débiles, sino factores que fomentan condiciones que facilitan las infecciones de TB y aumentan su velocidad de propagación. “Partners in Health (PIH)”, organización sin fines de lucro que dirige clínicas de TB en América del Sur, Caribe y África, puede que entiendan y hagan bien las cosas. Peter Drobac, quien dirigió sus programas, dijo que PIH capacita a las personas en pequeñas aldeas para identificar la enfermedad de manera temprana, administrar el tratamiento adecuadamente, y construir sistemas de políticas que se centren en los valores subyacentes de autodeterminación y compasión, lo que fortalece a cualquier sociedad. La innovación a menudo viene de la introducción de conocimientos y herramientas de un dominio diferente. Tal vez la TB se comporta más como el cáncer que como otras enfermedades infecciosas. Los que se dedican a la lucha contra la TB podrían buscar maneras en otras ramas de la medicina para acortar la duración del tratamiento, reducir la frecuencia de la dosificación, los efectos secundarios, los costos y mejorar el cumplimiento, todo al mismo tiempo. Desafortunadamente, la innovación comercial es lenta para responder a la TB.

Henry David Thoreau, Eleanor Roosevelt, George Orwell, Franz Kafka, Louis Braille, Wallace Thurman y Simón Bolívar lucharon con o en contra de la alienación, el aislamiento y la injusticia. Todos murieron de TB. Si ellos contrajeran TB hoy, ¿a qué velocidad podrían nuestros gobiernos y corporaciones encontrar una cura? ¿Cuántos de los 400.000 niños que mueren cada año podrían llegar a crecer, luchar por la justicia social e inspirarnos a todos nosotros a hacer lo mismo?

Project Syndicate