El patinaje ecuatoriano alza el vuelo

El patinaje ecuatoriano alza el vuelo

En patinaje sobre hielo Ecuador es cuna de campeones.

Pocos lo saben. Es que pareciera ser un deporte que solo se practica en algún país nórdico, de esos donde el frío es feroz y cotidiano. Pero a pesar de que el clima de Ecuador está muy lejos de registrar temperaturas bajo cero, lo cierto es que después del fútbol, básquet o vóley también existe otra vida, donde deportistas bailan y saltan sobre una nevera abierta. Un mundo que dentro del país solo ha encontrado cuna en Quito, y que sin federación ni pistas olímpicas brilla cada vez más. Se trata del patinaje artístico sobre hielo. Pero antes de deslizarnos por la pista tricolor, hay que regresar a sus inicios, cuando su popularidad era aún menor. Todo empezó hace 30 años con la fundación de la primera pista de hielo, la cual todavía funciona en el Castillo de Amaguaña. Fue allí donde entre un número escaso de patinadores practicaba la quiteña Karla Morales, pionera en el deporte. Recuerda que en ese entonces no había competencias ni dónde formarse, por lo que tuvo que prepararse en el exterior. Así en 2012 ganó una medalla de plata en el Mundial de Alemania, logro que consiguió siendo parte de la selección de Estados Unidos, ya que no pudo representar a Ecuador por no tener federación local.

En Quito hay cultura de patinaje

Una realidad que se mantiene. Con la diferencia de que hoy los patinadores y los lugares donde aprender ya no son escasos, pues la cultura del patinaje ha crecido solo en Quito, donde existen siete escuelas y aproximadamente 250 deportistas. Ellos operan de manera independiente, y desde 2015 entrenadores de Argentina, Perú, Chile, Ecuador y Brasil organizan el Campeonato Sudamericano de Patinaje sobre Hielo. “Por falta de apoyo, a cada uno de los países nos ha tocado hacer un evento internacional para que puedan participar los patinadores que son federados o no”, revela Analía Landeta, presidenta de la Comisión de Entrenadores de Patinaje Sobre Hielo de Quito.

Deportistas de alto nivel

En las tres ediciones el país se ha destacado ganando medallas y trofeos. En el último campeonato realizado este mes, la delegación de Ecuador tuvo 196 patinadores, logrando el mayor puntaje del evento. Esto a ojos de Morales justifica la creación de una federación, porque “ya hay deportistas con un nivel competitivo, no solo hay la cantidad sino calidad”. Marisol Castro, presidenta de la Federación Ecuatoriana de Patinaje, explica que este año se reunió con el gremio y aunque posee los estatutos de hielo “ellos deben regularizar sus clubes, formar la asociación y afiliarse a la federación... Espero que el próximo año los clubes de hielo se afilien a mi federación y poder desarrollar y competir en eventos avalados por la internacional”. Landeta añade que todas las escuelas tienen al menos un trámite ingresado, pero es un proceso que tomará tiempo. Por el momento, los patinadores se preparan para el Sudamericano de Brasil 2018, con un sueño por cumplir: representar oficialmente al país. A continuación conozca en detalle la ciencia detrás de este deporte. Quién sabe si pronto una pista llegue a Guayaquil, y es mejor estar preparado.

Sin federación, pero con copa

En cada participación la Tricolor ha barrido con los premios. Este año obtuvo dos trofeos a mayor puntaje en la categoría intermedia y avanzado. Aunque los patinadores no cuentan con respaldo estatal, entre ellos se organizan. La inscripción para el Sudamericano costó $ 120, lo cual sirvió para llevar a cabo el evento y contratar jueces internacionales. Una competencia que según explica Fernando Guerra, analista del Ministerio de Deportes, es interclubes, lo cual quiere decir que no es a nivel de selecciones nacionales. Asimismo, regularizarse implica un trámite legal que entre los requerimientos exige que cada club tenga una directiva con mínimo 25 personas activas. Sin embargo, no solo basta con tener una federación, sino que el país debe ser avalado por la Unión Internacional de Patinaje Sobre Hielo (ISU). Por ejemplo, Chile es federado pero no está reconocido por la ISU, la cual demanda requisitos estrictos como tener una pista olímpica (30 x 60 metros de hielo). En el país la más grande mide un cuarto de lo requerido, revela Robles.

Balletistas bajo cero

Gabriela Palomeque y Gabriela Silva comparten un mismo nombre y también la pasión por el hielo. En el último Sudamericano, entre 312 patinadores Palomeque se llevó el mejor puntaje de la competencia y Silva el segundo. Sus triunfos no caen del cielo, pues entrenan seis horas a la semana dentro de la pista y ocho horas entre ballet, expresión corporal y gimnasia. Todo ello es parte de la preparación para el Sudamericano de Brasil 2018. Palomeque, quien lleva 10 años en patines, narra que es un deporte que la ha ayudado a conocerse. “Siento que soy yo en la pista y no me oculto de algo... En la vida real, por ejemplo, soy un poco tímida, pero en el patinaje expreso bastante”. En cambio, Silva considera que es una lucha con uno mismo, donde se debe enfrentar los miedos y frustraciones que pueden surgir tanto en la pista como en el día a día.

Dentro y fuera de la nevera

No solo se trata de saber deslizarse sobre hielo. La deportista Gabriela Silva explica que se debe complementar la práctica con ballet y gimnasia para la elasticidad. Trabajar la parte aeróbica, salto de cuerdas, piques y trabajo en gradas. Asimismo, Amelia Torres, instructora de la escuela Palacio del Hielo, indica que también es necesaria la preparación artística y escénica. Así, la primera técnica a dominar es el empuje, añade la instructora Karla Morales, quien explica que el equilibrio, la postura y la musculatura son la base para lo que viene después: los giros y saltos. Estos, según el entrenador Diego Robles, se logran a los seis años de formación, de acuerdo con la carrera olímpica. Sin embargo, dependerá del entrenamiento de cada persona.

Hombres lejos del hielo

Diego Robles, entrenador de las escuelas Diamonds y Dreams On Ice, menciona que la falta de hombres en el patinaje artístico es un tema netamente cultural. “Esto es común en Ecuador. En Europa y en Asia es diferente”. Para Jorge Cañizares, entrenador del Palacio del Hielo, la situación ha mejorado. Antes en un grupo solo había uno o dos. Ahora, de 60 a 70 estudiantes, cinco o seis son hombres.

Beneficios

- Desarrollo de la parte física.

- Impulsa la expresión corporal.

- Mejora la flexibilidad y el equilibrio.

- Aporta fuerza a las piernas y brazos.

- Potencia la concentración.

- Es recomendado como terapia para niños hiperactivos, pues les permite gastar toda la energía que tienen.