Palabras y funcion publica

La palabra no es una sino una pluralidad de signos y sonidos producidos, usados y consumidos socialmente por todos sus integrantes. Por eso es mejor hablar de ella desde esta perspectiva. La Real Academia le atribuye 14 definiciones. Entre ellas hay que destacar la primera, que señala que es una “unidad lingüística, dotada generalmente de significado, que se separa de las demás mediante pausas potenciales en la pronunciación y blancos en la escritura”.

En la vida social, económica, política, cultural, religiosa, artística, educativa, etc., las palabras son fundamentales. Sin ellas no es posible la relación social y humana. Son vehículos e instrumentos esenciales que hombres y mujeres, instituciones, organismos, gobernantes y ciudadanos comunes emplean en toda acción comunicativa para que la relación social se traduzca en sonidos y signos que permitan y hagan posible una adecuada comprensión de los hechos, procesos y acciones.

En la vida de las instituciones cuanto de los funcionarios públicos que están frente a ellas, el buen uso de las palabras es importante. Principalmente de directivos y de quienes tienen a cargo altas responsabilidades y tareas. A ellos, por su elevada función, les debe caracterizar un responsable uso del lenguaje, pues su alto rango los debe obligar a ser mesurados, responsables y muy cuidadosos en el empleo de las expresiones.

Por eso, la acción comunicativa de un alto funcionario, que ya dejó el gobierno, puede ser un ejemplo práctico que ilustra el uso inadecuado de las palabras, ya que cuando no se las emplea bien pueden dar lugar a múltiples interpretaciones y cuando esto se produce, generalmente sus exponentes dicen que: “se las sacaron de contexto”. Sí. Es cierto, las palabras siempre tienen contextos. Pero también tienen significados que algunas veces son inequívocos. Por eso unas palabras como las dichas por él expresaron mucho. Pues como bien se dice: “las palabras se deben pensar antes de ser expresadas”. Este es un axioma popular generalizado que algunos funcionarios públicos ignoran. Y que dirigentes de gremios suelen olvidar, ya que algunas veces, llevados por una acción compulsiva, no controlan su buen uso, surgiendo así expresiones inadecuadas que muchas veces les generan problemas a quienes las dijeron.