Noble gesto, positiva accion

Ya hace muchos años una muy querida profesora mexicana me supo decir: “Las alegrías son para los tristes, los alegres no las necesitan, ya lo están...”, y la verdad es que no se equivocó. Por eso, en aquellos días de las réplicas del terremoto, cuando saltábamos de canal en canal para pescar la última información, de pronto algo nos llamó la atención y nos detuvimos en ello.

Cuando escuchamos la palabra “policía”, automáticamente pensamos: persecución, dureza, detención, en fin, todo aquello que tiene que ver con la captura y pérdida de la libertad de una persona. Por ello fue todavía más grande la sorpresa. Ciertamente resultó muy grato ver como la Policía Nacional, imaginamos que por medio de alguna unidad especial, cuidaba y alegraba a los niños damnificados.

Canciones infantiles, rondas y juegos distraían a pequeños, con lo que sin duda llenaban de otros sentimientos y emociones los momentos tan duros, difíciles y traumáticos que estaban atravesando. Es obvio que la vivencia la llevarán consigo el resto de sus vidas, pero está claro que con esos acercamientos en los que la ternura aparecía, ellos lograban aligerar las penas y hasta permitirse el lujo de la sonrisa.

Felicitamos el gesto de la Policía Nacional, noble gesto, como decimos en nuestro encabezado, y ciertamente de una gran interacción social. Gesto claro de acción positiva en el que se muestra el otro rostro de una entidad que vela por la seguridad de todos y que no excluye de ese “todos” a los pequeños, que acaso en su inocencia no son capaces de dimensionar el valor de esas presencias que los animan a seguir, a no dejarse derrotar y a no caer en una segura depresión.

Por eso, así como toda ayuda material es necesaria, toda aquella otra que vaya destinada al acompañamiento de la persona, al soporte emocional, al amparo anímico de niños y mayores es válida. El ser humano no es solo material, necesita y requiere, más allá de los muebles e inmuebles, atender todas aquellas otras cosas que lo hacen persona.

Ayudemos también a los damnificados de Manabí y Esmeraldas en atención a sus requerimientos espirituales, afectivos, emocionales y axiológicos.

colaboradores@granasa.com.ec