
El millonario abuso de la urea
Que a la planta se la alimente solo con nitrógeno -urea principalmente- es lo menos recomendable, pero se lo hace. Y en exceso. Esta práctica común es una de las razones de la intoxicación de los suelos y cuyas consecuencias son baja producción y mala
Que a la planta se la alimente solo con nitrógeno -urea principalmente- es lo menos recomendable, pero se lo hace. Y en exceso.
Esta práctica común es una de las razones de la intoxicación de los suelos y cuyas consecuencias son baja producción y mala calidad de los alimentos.
“Lo primero desde el punto de vista técnico es realizar un análisis de suelo para saber deficiencias, existencias o excesos que puede haber de los nutrientes (en el suelo). Muchas veces se encuentran en estado no asimilable para la planta y es necesario utilizar algo que les permite transformarlo en asimilable; nuestra propuesta es partir de un análisis de suelo”, resalta a Diario EXPRESO, Enrique García Alcívar, director ejecutivo de la Cámara de Agricultura de la II Zona (Los Ríos, El Oro, Guayas, Santa Elena y Galápagos). Pero los análisis de suelo, en cambio, son tan escasos como el agua en verano.
Solo entre enero y mayo de este año, de acuerdo con las cifras del Banco Central, Ecuador importó 200.559 toneladas métricas de abonos minerales o químicos nitrogenados, por un valor $ 51,1 millones CIF (el costo del producto más el seguro y el flete). Pero el año pasado, en ese mismo periodo, se echaron a la tierra 80 millones de dólares por ese rubro.
Es por eso que, tanto para García como para Ciro Paca, quien durante 40 años fue técnico del Ministerio de Agricultura y Ganadería, debió pensarse mejor la política de entregar solo urea subsidiaria para “abonar” la tierra. El exceso de urea (nitrógeno) provoca una intoxicación del suelo: lo puede acidificar y eso afecta la producción.
Todas esas deficiencias hacen que hayan bajas producciones. El uso indiscriminado de productos sintéticos hacen que las plantas sean afectadas. El problema es grave.
Ciro Paca -que ahora es un productor de abono orgánico con base de estiércol de ganado y residuos orgánicos como la cáscara de arroz- complementa la hipótesis: en el caso de la fertilización cada vez vemos que los suelos agrícolas siempre están en un nivel bajísimo de materia orgánica. Al no haber materia orgánica “los suelos se mueren”.
Se necesita volver a ciertas prácticas, para devolvérsela a los suelos sobreexplotados, de forma urgente.
En la cuenca baja del Guayas los suelos están en el límite: 1 % de materia orgánica, cuando lo mínimo debe ser 5 %.
Víctor Haón, expresidente de la Asociación de Productores de Ciclo Corto de Quevedo (Los Ríos), coincide con que se le debe devolver al suelo la materia orgánica. Y también concienciar sobre el uso de la urea.
Para una buena nutrición la planta necesita de 16 elementos químicos, los principales, el nitrógeno, el fósforo y el potasio y elementos menores como el calcio, azufre, magnesio, zinc, boro y microelementos, analiza Ciro Paca a EXPRESO.
Al fertilizarse solo con urea solo se le aplicaría nitrógeno, pero los suelos de la cuenca baja del Guayas tienen un bajísimo porcentaje de fósforo, un elemento que es importante.
Eso genera problemas de desequilibrio en el contenido químico y es una de las razones de las bajas producciones, resalta Enrique García, quien insiste en un cambio urgente.
Muchas veces los productores ven a la planta de un verde intenso luego de echarle urea, pero cuidado: pueden estar débiles y por lo tanto, muy vulnerables al ataque de plagas.