
Militares fueron atacados en el sector de Bomboiza
Con lanzas, cadenas y piedras fueron atacados los uniformados que ejecutaban tareas de seguridad en áreas estratégicas.
Con lanzas, cadenas y piedras, militares fueron atacados la madrugada de este miércoles 9 de octubre de 2019, cuando ejecutaban tareas de seguridad en las áreas estratégicas del campamento Mirador, la gasolinera de El Pangui y la subestación eléctrica de Bomboiza.
Los protagonistas fueron ciudadanos indígenas del sector, que habrían emboscado a los uniformados durante labores de despeje de escombros y limpieza de la troncal amazónica, conocida como la E45 en el sector de Kalagka, cantón San Juan Bosco.
Según información a la que tuvo acceso EXPRESO, los atacantes habrían salido de los matorrales con palos, piedras y lanzas. Los uniformados habrían tratado de entablar el diálogo para evitar confrontaciones.
Un militar fue retenido y recibió agresiones verbales y físicas; pero la negociación de sus compañeros consiguió que el sargento sea liberado y puedan retornar a su unidad de origen.
En las distintas zonas del país, los uniformados se han ocupado de despejar las vías interrumpidas con árboles cortados, piedras, tierra y otros materiales. En El Oro, por ejemplo, los miembros del Ejército hicieron el control y habilitación de la vía de ingreso y salida a la provincia en el sector Río Bonito.
En Imbabura trabajaron desde temprano en el desalojo de escombros y control de la vía en el sector de La Esperanza-Ibarra, que logró ser habilitada. Mientras que en Orellana, los militares reforzaron las instalaciones de Sacha Central de Petroamazonas para proporcionar seguridad a los recursos del Estado y garantizar su normal funcionamiento.
En el cumplimiento de sus tareas más de un centenar de militares han sido retenidos o heridos por los manifestantes. Hasta el momento 45 uniformados de la Fuerza Terrestre han resultado heridos.
Más de 100 han sido retenidos en al menos dos provincias. Los últimos son 42 militares retenidos por la comuna Cochapamba en Poalo, en Cotopaxi, cuando intentaban resguardar la fábrica Explocem.