Mi opinion sobre el feminismo
Trabajo desde hace casi 20 años y no sé cuántas veces me han preguntado si soy feminista o no. Siendo mujer, madre y trabajadora soy el perfil de persona que se podría calificar como feminista pero... ¿la verdad? No sabría qué contestar si me tengo que limitar a una respuesta afirmativa o negativa y si no quiero crear más polémica de la que de por sí crea el tema
El feminismo busca la igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos, en lo profesional, legal, ideológicamente hablando y en todos los términos posibles. Pero la realidad, es que, por suerte, somos diferentes. Hombres y mujeres no somos iguales en muchas cosas, cada uno tiene virtudes y defectos que suelen ir de la mano del género. Las mujeres somos más detallistas, analíticas, preocupadas... Los hombres más pragmáticos, descomplicados, sin contar con la realidad irrefutable de que suelen ser físicamente más fuertes que las mujeres, salvo contadas excepciones.
Como mujer trabajadora creo que debemos tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres; sin duda somos igual de capaces y estamos igual de preparadas que ellos. Hay cosas que se nos dan mejor a nosotras y cosas que se les dan mejor a ellos y eso tampoco debemos olvidarlo. Cada uno ofrece un valor añadido dependiendo de la situación y las circunstancias, así que empecemos dejando claro que la idea de generalizar no es buena y que lo importante es analizar las circunstancias con objetividad, pero obviando el estigma de si es hombre o mujer.
Podría divagar mucho sobre este tema pero me gustaría centrarme en algo que realmente me impacta, y es el concepto actual de feminismo. No quito mérito a las mujeres que luchan incansablemente por los derechos de todas nosotras, sé que hace 50 años las cosas no las teníamos fáciles, y sabiendo lo mucho que se ha avanzado, creo que también se está corriendo el riesgo de desvirtuar el concepto. Siempre que se pretende normalizar algo no se debería llevar al extremo toda la polémica que surge en torno a la capacidad que tiene la mujer para decidir sobre su cuerpo -“nosotras parimos, nosotras decidimos”- en el momento que hay otra persona involucrada. Así esté dentro del cuerpo de una mujer, se pierde la capacidad para tomar una decisión unilateral que afecta a esa tercera persona.
Cuando una feminista ataca “por defecto” instituciones como la Iglesia católica, la familia o cualquier cosa que considere que va contra sus ideales, entonces pierde todo derecho a defender un concepto como el feminismo, que no debe estar reñido con determinadas ideas más conservadoras. Si para defender lo que crees tienes que atacar, insultar y menospreciar algo, los argumentos a favor de lo que defiendes pierden tanto peso que se hacen insostenibles.
El feminismo debería ser un movimiento que promulgase la igualdad en derechos (y deberes) de las mujeres frente a sociedades machistas. Las mujeres no estamos para servir a los hombres ni somos menos que ellos; el hombre no es el enemigo ni la mujer el sexo débil. Dejemos la demagogia de lado y enfoquémonos en valores, en ideas, en conceptos que nos hagan ser mejores personas y mejores profesionales, con nuestras virtudes y nuestros defectos, que se complementan y hacen que el conjunto sea mejor. Y para terminar, pensemos qué podemos hacer nosotros activamente para evitar estas diferencias... Aprendamos del pasado, mejoremos en el presente y eduquemos para el futuro, enseñando a nuestros hijos y a las futuras generaciones a vivir en un mundo cambiante y dinámico; eduquemos en el respecto, la diversidad y la tolerancia para que dentro de unos años nadie tenga que escribir sobre el machismo o el feminismo.