Medidas economicas que ciertos pretenden frenar con represion

La represión no siempre es suficiente para imponer medidas económicas en un país impredecible, rehén por décadas de choferes desalmados. Ni es coherente después de 12 años de corrupción, saqueo y mentiras políticas.

Varios episodios de rechazo popular acumulados, sumada la delincuencia común y vandalismo importado, podrían desencadenar ingobernabilidad sin marcha atrás.

Pero la crónica anunciada de una inflación, poseliminación de subsidios y escalada del precio de las gasolinas, pobreza y hambre extendidos, desempleo y despilfarro intocados, alertan sobre el retorno del caos.

Durante estas jornadas caóticas de manifestaciones en las calles, un taxista atropelló a un camarógrafo. Después varios periodistas fueron vejados. La jornada inicial propagó la paralización educativa, económica y administrativa, cuyo factor de identidad vino fortalecido por la delincuencia común, saqueo de locales privados y vandalismo, expuesto como arquetipo de reclamo, pero que no se acercaba en lo más mínimo a ello.

Y entre excesos policiales y militares: a la espera de que devuelvan lo robado, que recorten el salario de asambleístas o les quiten los sueldos a los expresidentes.

Kléber Mantilla