Entrevista a María Clara Martín, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en Ecuador.

Maria Clara Martin: “Ecuador sabe lo que es migrar sin elegir; por eso no se ve esa xenofobia”

Ecuador ha declarado esta semana emergencia en las provincias de Carchi, Pichincha y El Oro, ante el aumento del flujo de venezolanos que llegan al país huyendo del suyo.

- Se declara la emergencia ahora en Ecuador, pero la llegada de venezolanos ha sido constante en los últimos años, ¿bienvenida sea la declaratoria aunque sea tarde?

- Bueno, hace falta poner como contexto que esto es un problema regional, no afecta solo a Ecuador. Lo que se está viendo es un flujo migratorio que no tiene precedentes. Desde 2014, han salido de su país 2,2 millones de personas. Es un éxodo muy numeroso y muy rápido. De todos ellos, no todos son refugiados, pero sí hay un número significativo. Y la región ha honrado su reacción al recibirlos con diferentes alternativas migratorias, como refugiados, con permisos de residencia, con registro... Casi un millón de personas han tenido esa oportunidad. Y es muy importante tener derecho al trabajo, a la salud y las demás circunstancias que permiten a los venezolanos llegar a un país y contribuir.

- Pero, ¿por qué se declara ahora la emergencia y no antes?

- Es una situación que se está desbordando y lo importante es que se está declarando ahora. Es una medida muy necesaria. Acnur la felicita porque Ecuador le está dando la importancia que amerita a la situación y así se puede responder adecuadamente. Hay recursos para responder. Por ejemplo, ante la llegada de 4.200 personas diariamente que se ha dado en los últimos días, se ha reaccionado a nivel de migración con más recursos y ya no se hacen colas de horas y horas, incluso durante la noche, que obligan a los venezolanos a dormir en el puente de Rumichaca. Eso ya no ha pasado en los últimos dos o tres días. Las filas son de dos o tres horas y eso que en agosto han llegado unas 30.000 personas. Antes había picos, pero el promedio era de 2.000 al día.

- ¿El aumento de las cifras se debe, según comentan los venezolanos, al temor de que el nuevo Gobierno colombiano cierre la frontera? ¿Hay algo más?

- Sí, en agosto salió ese rumor e hizo que los que querían marcharse de Venezuela se movieran más rápido. Pero, de todas maneras, el flujo ha ido en un aumento constante. En 2017, entraron a Ecuador 285.000 de los que el 80 % siguió hacia Perú y Chile. Este año, hasta el 31 de julio, van 547.000. Es el doble en la mitad de año.

- ¿Por qué la mayoría de los que llegan toman Ecuador como un país de paso y no para quedarse?

- Bueno, es un movimiento progresivo. Ahora estamos viendo más reunificación familiar. Al principio, salían de Venezuela el papá o la mamá y ahora están llegando los demás. Y suelen ir adonde ya tienen un contacto. En Chile y Perú ya tenían lazos. Pero en Ecuador se está quedando el 20 % de ellos y aquí la población es de 16 millones de personas. La decisión es siempre individual, analizan la situación económica, los contactos. Otros se van a Brasil o Panamá. Lo importante es que tengan alternativas migratorias para establecerse donde lleguen y Ecuador tiene políticas de movilidad humana que son de las más progresistas a nivel mundial.

- Cuando se producen estos éxodos es habitual que surja un discurso del miedo que critica la llegada de migrantes, por ejemplo, porque quitan el trabajo a los nacionales. En Ecuador no se ha dado, salvo casos puntuales. ¿Es porque, en realidad, se piensa que los que llegan están solo de paso?

- Yo creo que hay que darle más crédito a la población ecuatoriana. Este no es el primer éxodo que experimentan. Pasó antes con los colombianos que huían del terrorismo y han sido siempre bien recibidos. Hay que empezar por ahí, por darle más crédito a la población. Además, muchos ecuatorianos han tenido que salir de su país. Saben lo que es salir sin elegir. Es la razón por la que no se ven esos picos de xenofobia. Ha habido algunos casos, pero creo que ahí los medios tienen la responsabilidad de no difundir solamente las malas acciones de algunos que vienen. Los líderes de opinión tienen que ser responsables.

- ¿En los demás países de la región no los han recibido igual de bien?

- No creo que haya que comparar con los países vecinos. Hay que evaluar cómo ha reaccionado Ecuador y, aparte de algunos incidentes, hay que felicitarlo. Y también a Colombia y a Perú.

- Detrás de las cifras de llegadas, hay historias de personas que quedan invisibilizadas. ¿Cuáles?

- Eso es muy interesante. El perfil del venezolano que está saliendo de su país ha cambiado muchísimo. Como decía, al principio salía un solo miembro de una familia, que estaba en edad activa de trabajar, y con un nivel educativo bastante alto. Eso ha cambiado. Ahora son más familias y gente con condiciones más precarias de salud, económicas y también con un nivel educativo más bajo. Igual, sigue siendo un buen nivel educativo porque Venezuela lo tiene, pero ya no hay tantos universitarios, por ejemplo. En eso influye el porqué salen. A veces es por una combinación de temas: por falta de alimentos o por salud. Se ven casos de diabetes, hipertensión, mujeres embarazadas... Hay cuadros de salud complicados y también de desnutrición.

- ¿Ahí es donde surge la necesidad de declarar la emergencia? ¿Qué recursos hacen falta?

- Ante una llegada tan masiva, hay que estar preparados para necesidades especiales. Hace falta más comida, más agua, más kits médicos y de higiene, más baterías sanitarias y más recursos en migración para evitar las colas que antes eran de un día o de 12 horas solo para sellar el pasaporte. Lo importante es que la gente pueda salir de la frontera. Y hacen falta dos cosas muy importantes: más personal para identificar las necesidades especiales (mala salud, niños no acompañados, mujeres embarazadas) y más personas para dar más información (dónde recibir ayuda, dónde coger los buses, cuánto cuestan). Se necesita una primera respuesta para orientarlos.

- ¿Niños que migran solos?

- Son muy pocos casos, pero tienen que ser atendidos. Se encarga el Ministerio de Inclusión Económica y Social para establecer dónde están sus familias, contactarlos y para darles seguridad. Que no estén expuestos a secuestros.

- Se han dado casos de venezolanos estafados por mafias en el transporte colectivo...

- A eso están expuestos en todos los países, no solo en Ecuador. Así como es un problema regional, también ocurre a nivel regional que hay personas sin escrúpulos que se aprovechan de la desesperación. La falta de recursos hace que muchos crucen a pie los países, que duerman en plazas públicas y otros les ofrecen trabajos con condiciones de explotación laboral. Son vulnerables a la trata de personas, a la explotación sexual, laboral... Lo importante es que las autoridades estén conscientes y muchos de estos abusos se previenen dándoles más información sobre dónde ir, cómo ir y los derechos que tienen.

- Declarada la emergencia, ¿mejorará el horizonte?

- Si usted me presta su bola de cristal le puedo decir lo que pasará a futuro. Es algo impredecible. De momento, tenemos la emergencia hasta agosto y sabemos que se puede extender. Si miramos atrás, el flujo de venezolanos ha ido en aumento. Lo importante es que estemos preparados.