‘Vox populi, vox Dei’

Es indudable que el reclamo popular tiene efectos contundentes sobre los gobiernos de países en democracia. En Chile, tienen en jaque al régimen de turno, los estallidos sociales tienen en estado caótico al tigre de Sudamérica. En Bolivia, luego de varios días de revolución social, las Fuerzas Armadas de ese país recomendaron la renuncia del presidente, que sin más opción presentó su dimisión.

Esto nos deja una clara lección: los reclamos populares logran su cometido cuando tienen el respaldo de la democracia defendida por sus FF.AA. En Venezuela no resultan ni prosperan debido a la opresión de la dictadura reinante. Ahí la democracia falleció hace mucho tiempo.

Ecuador no fue la excepción, los reclamos de su pueblo, aunque contaminados por hechos delincuenciales liderados por grupos irregulares infiltrados, lograron tirar abajo las medidas económicas que el Gobierno había decretado.

Posterior a esto y sin prolijidad, ni consideración, se preparó un mamotreto que contenía una serie de ajustes económicos que traen mayor carga tributaria, debilitamiento de las condiciones laborales, que de ninguna manera incentiva mayor producción nacional, reducción del desempleo y disminución de la informalidad. No incluye ninguna medida importante para la reducción del gasto público, ni para agilitar el cobro de todo lo robado durante el desgobierno de la década perdida.

La Conaie, entre otros sectores sociales, han recomendado el archivo de la propuesta económica de nombre larguísimo e irrepetible, que fue enviada con el carácter de urgente para aprobación de la Asamblea. El tiempo ha jugado en contra para su revisión, discusión y modificación, por lo tanto, deben archivarla.

El Gobierno debe recordar la máxima de que la voz del pueblo es la voz de Dios. El pueblo le ha dado la espalda al paquetazo propuesto anunciando movilizaciones, ahora no tiene otro camino que el preparar medidas económicas adecuadas, que tengan como objetivo la reactivación económica del país, y que traigan mayor riqueza y el tan deseado equilibro fiscal de las arcas públicas.