Entrega. Distribución de alimentos  en zonas más afectadas.

El lento reparto de ayuda agrava la crisis

Las primeras donaciones de alimentos llegaron ayer a Haití, arrasada por el huracán Matthew, aunque los suministros estaban lejos de satisfacer las necesidades de miles de personas hambrientas.

Las primeras donaciones de alimentos llegaron ayer a Haití, arrasada por el huracán Matthew, aunque los suministros estaban lejos de satisfacer las necesidades de miles de personas hambrientas.

Un avión español con 12 toneladas de ayuda humanitaria (medicamentos, kits higiénicos, mosquiteras y pastillas potabilizadoras) llegó ayer a Puerto Príncipe para ser trasladada a las zonas afectas. Un segundo avión español, compartido con el Programa Mundial de Alimentos, llegará hoy con otras trece toneladas de equipos de depuración de agua.

Ocho días después del paso del huracán Matthew, una amplia región de Haití continúa sumergida en una estela de destrucción que demanda de ayuda urgente para evitar el rebrote de enfermedades como el cólera, que dejó miles de muertos tras el terremoto de 2010.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de un aumento de casos de cólera, por lo que prepara el envío de un millón de vacunas para ayudar a evitar la propagación de la enfermedad en vista de que la contaminación del agua debido a las inundaciones podría catalizar el contagio.

Por su parte, el Ministerio de Salud Pública afirmó que al menos 20 personas han muerto por cólera y 179 han resultado afectadas tras el paso del fenómeno por las regiones sur y suroeste la semana pasada.

Las últimas cifras divulgadas por Protección Civil establecen que Matthew causó la muerte a 473 personas, produjo heridas a 339, 75 desaparecidos y obligó el desplazamiento de 175.000 personas, aunque otras fuentes elevan la cifra de muertos a 800.

La desesperación empieza a cundir entre la población de Jeremie, en el suroeste de Haití, ante la falta de agua y alimentos. La Policía Nacional haitiana patrulla constantemente la ciudad y hay miramientos a la hora de sofocar el más mínimo amago de revuelta. Agencias