“El sinuoso mecanismo del concurso de oposicion y meritos para jueces”
H ay cosas que solo pueden ocurrir en un país tropical como el Ecuador. Participar en un concurso de oposición y merecimientos para llenar las vacantes de jueces de los tribunales de justicia ecuatorianos requiere, en primer lugar, cerciorarse de que la construcción del edificio donde va a trabajar haya concluido, de lo contrario se anula el concurso (?).
Una vez recibida la obra, la Judicatura reinicia el proceso de selección y escoge a los nuevos jueces del mismo listado de elegibles del concurso anterior (sí, de ese que ya fue anulado), todo esto mediante sorteo, ya no interesa el puntaje obtenido.
¿Lo comprendió? ¡No! Yo tampoco, pero hay funcionarios a los que les resulta fácil explicar este galimatías y lo fundamentan jurídicamente. Uno de ellos, el doctor Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura, quien en una entrevista en televisión intentó explicar a los neófitos el sinuoso mecanismo de este sui generis concurso.
Señor Director, algo que sí comprendimos es que quienes deseen convertirse en jueces no necesitan prepararse en la materia del concurso, solo tiene que revisar el horóscopo, puesto que la suerte decide su destino.
Hugo Romo Castillo
Quito