“Quod natura non dat...”

Algo se nos quedó en el camino. Después de seis años de la aprobación de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) y de sus posteriores reglamentos: ¿cómo está la formación de los actuales y futuros profesionales e investigadores de las universidades? La “Natura” es la formación. Tiene que ver con la moral de las personas. No la moral como código de cumplimiento de reglas sino como forma de existir. Se trata de los valores, las actitudes, la constitución de los individuos como seres libres. No se puede medir por calificaciones ni por títulos. Indispensable para que profesionales e investigadores no caigan en el lado oscuro de lo humano. A eso se refiere el famoso adagio, “Lo que la naturaleza no da”, que habrá que precisar más.

“La universidad de Salamanca no concede”. Es decir se puede acumular títulos y distinciones pero no romper por otro lado con las normas de convivencia y sobre todo las libertades de los demás. Como no pagar la cuenta en un restaurante. De ahí la advertencia que debe hacerse siempre en la entrevista de admisión en las universidades: ¿Cuál es su objetivo fundamental al ingresar a estos estudios? Si solo conseguir un título, todo está permitido pues no habrá formación que valga.

“Salamanca” sin embargo está aquejada de graves dolencias. Su exigencia de sumar cada vez más títulos, artículos publicados en revistas registradas, participaciones en congresos, semeja a la subida sin respiro por una escalera de méritos tan inalcanzable como ilusionante. Pero, ¿y el sentido de ascender por esta escalera? ¿Quiénes son los que la suben? ¿No será mejor parar a dialogar en el camino, volverse autoconscientes?

No se nace libre ni moral. La “naturaleza” se forma, se construye. No se adquiere por cursar unas materias ni obtener unas calificaciones. Se desarrolla aprendiendo a tomar decisiones, a interrogarse a sí mismo con entera libertad. Requiere ámbitos de libertad, de verdadera autonomía. Sin libertad institucional en las universidades, la formación de las personas es imposible. La calidad controlada, un juego de palabras.

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