“La incapacidad de razonamiento, la prepotencia y la vanidad excesiva”

La atrofia es la falta de desarrollo apropiado de un órgano o miembro del cuerpo. La causa de una atrofia física puede ser por una enfermedad, una patología. Cuando hablamos del cerebro, estas causas pueden implicar traumas, complejos, fanatismos.

Un cerebro atrofiado es la causa de la incapacidad de razonamiento, de la prepotencia, de la intolerancia, de la vanidad excesiva, de creerse dueño de la verdad.

Hemos visto en nuestro país, cómo, recientemente, estas manifestaciones hicieron carne en un movimiento político que alcanzó el poder: se creyeron dueños de la verdad absoluta, se llenaron de prepotencia, se envanecieron de manera exagerada. Manifestaciones públicas como: “yo nunca me equivoco”, “soy tan importante que me expulsan de un movimiento que no tiene afiliados”, “yo ya no soy yo, soy el pueblo”, demuestran claramente una atrofia cerebral.

También se muestra en la incapacidad, por ejemplo, de diferenciar entre el liberalismo de Eloy Alfaro con una tendencia política amorfa, indefinida que quisieron encasillar en el concepto de “socialismo moderno” o “socialismo del siglo XXI”.

Pero la atrofia cerebral más escandalosa está en los que aplauden estas manifestaciones, en aquellos que hacen dogma de las palabras de otro ser humano, en los seguidores de personas que ostentan alguna clase de poder y que se sienten henchidos de ese poder, ebrios de vanidad y prepotencia.

Ing. José M. Jalil Haas